En Cartaginés tienen al jugador que todo el mundo se desea, una combinación entre CR7 y la Pulga, se trata de Luis Ronaldo Araya, quien tiene el nombre del nuevo jugador de la Juventus y la cara de Lionel Messi.
“Acá me dicen que soy un Ronaldo con la cara de Messi, casi todos me pasan molestando con eso, a mí me conocen por Ronaldo, no por mi primer nombre”, dijo entre risas la promesa brumosa.
En la batalla eterna entre los dos astros, este joven, de 18 años, se queda con su tocayo porque lo ve como un jugador más completo, a Messi le sobra talento y con la pecosa en los pies puede ser mejor que cualquiera, pero la fortaleza mental y liderazgo del portugués lo convencen más.
Por su edad, Cristiano es el referente de Luis Ronaldo Araya Hernández, un volante ofensivo oriundo del barrio Recope en Turrialba que también puede jugar de delantero y que salió bicampeón con el alto rendimiento del club brumoso; sin embargo su nombre no se debe al crack lusitano, sino a Ronaldo Nazario, el exgoleador brasileño.
“Yo nací en el 99, el Mundial del 98 había pasado hace poco y mi papá decide ponerme así por el Fenómeno, un jugador al que admiraba mucho. Yo nunca lo vi jugar, pero lo he visto mucho en videos, creo que es el mejor delantero que ha habido, actualmente no hay otro como él, con su gambeta, su potencia, su forma de enfrentar a los porteros”, indicó el tocayo del brasileño.
Llamarse Ronaldo es algo que siempre ha sido llamativo, principalmente para los demás, cosa que el muchacho entiende bien, no es un nombre común, tanto así que no conoce personalmente a ningún tocayo.
Alguien que se llame así debería de ser un crack para hacerle honor al nombre, es el pensamiento general de los futboleros.
“Eso siempre ha sido un vacilón, acá en el equipo algunos me han dicho, que qué presión más grande tengo por llamarme así, hasta el profe (Paulo Wanchope) me lo ha dicho, aunque no le doy mucha cabeza a eso, al final es solo un nombre", confesó.
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Eso sí, el nombre jala porque el mejor amigo del Ronaldo brumoso siempre ha sido el balón.
"Desde chiquillo en el barrio siempre andaba jugando fútbol, me escapaba de mi mamá para ir a jugar a una cancha cercana”, detalló Araya.
Ronaldo tal vez no tiene la fuerza o la velocidad del brasileño, o el instinto goleador tan afinado de CR7, porque más bien a él siempre le ha gustado pararse atrás de los delanteros y ser el que los supla de opciones a marco.
“Siempre he jugado arriba, empecé como delantero, pero ya después me bajaron y la verdad me gusta más, prefiero jugar ahí, me gusta encarar, tengo buen pase entre líneas, me gusta llegar al área y también anotar claro”, dijo de forma atrevida, como es en la cancha.
El juvenil hasta saca caja en el camerino con la actuación de su tocayo en Rusia para picar a algunos compañeros que son fanáticos de Messi, como Hernán Fener, de nacionalidad argentina, uno de sus mejores amigos en el club.
“Con otros compañeros habló de Cristiano, como con Chiqui (Rándall Brenes), quien también es fanático de él, es un jugador al que me gustaría seguir su ejemplo, un referente con el que habló bastante”, destacó.
La carrera de este turrialbeño apenas empieza, pero el muchacho lleva rato haciéndole justicia a su nombre, como lo hizo en alto rendimiento de los centenarios, donde era una de las principales figuras.
A lo interno del club y de los aficionados se espera mucho de él por sus condiciones de un jugador pícaro y habilidoso con la pecosa.
Lucha por ser tan grande como sus tocayos
Debutó el año pasado con Javier Delgado como entrenador en un partido ante la UCR en el estadio Nacional, Adrián Leandro, su técnico en el alto le dio el chance de llegar al primer equipo, Jeaustin Campos lo tuvo en algunos entrenamientos y ahora Wanchope le ha dado el chance de jugar en algunos fogueos todos le han echado el hombro.
Al muchacho le toca levantarse todos los días a las 5 de la mañana para viajar desde Turrialba hasta el estadio “Fello” Meza a entrenar, el largo recorrido lo hace en bus. Aún tiene un contrato de alto rendimiento y en el equipo lo ayudan con pases y viáticos mientras demuestra que puede ir por algo más.
Los sueños del Ronaldo tico son los mismos que tenían sus tocayos, el brasileño y portugués, ser futbolista, jugar en primera división, consolidarse y jugar en el extranjero, los dos hicieron a punta de talento y trabajo que su nombre brillara con luz propia, la misión que tiene por cumplir la versión costarricense.