Mucho ha pasado en tres años, cinco meses y quince días desde que Eduardo Li fue apresado, la situación pasó de un negro panorama en el que se imaginaba al expresidente de la Fedefútbol encerrado muchos años en una prisión gringa hasta la opción de que se coma el tamalito en Costa Rica si se cumple lo que están pulseando sus abogados.
El expresidente de la Fedefútbol vivirá este martes la jornada más importante desde que fue arrestado en un hotel en Zúrich, Suiza, el 27 de marzo del 2015 como parte de una redada que realizó el FBI contra 14 funcionarios de la FIFA acusados de corrupción
En la corte del distrito este de Nueva York, el Chino escuchará la sentencia por el caso que estuvo en prisión hasta el 9 de marzo del 2016, cuando le cedieron el beneficio de libertad condicional en Nueva York y posteriormente se pasara a vivir a Miami junto a unos familiares donde trabajaba en una empresa familiar.
Se desconoce cuánto pidió la fiscalía para el Chino, pero sumando los ocho meses que estuvo guardado entre Suiza y Estados Unidos y los seis que duró en prisión domiciliaria en la Gran Manzana, ya purgó un año y cuatro meses.
El expresi de la Fedefútbol se declaró culpable en octubre del 2016 de tres delitos de los 14 por lo que fue acusado en un principio por la fiscalía gringa. Él aceptó los cargos por asociación para delinquir, transferencias bancarias fraudulentas y conspiración para cometer un fraude bancario. La declaración de culpabilidad la hizo para pulsear una pena menor.
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La Teja sabe que la estrategia de los abogados del Chino es que la pena sea menor a lo que ya ha pagado Li, tanto en su etapa en la cárcel, como en prisión domiciliaria y en libertad condicional, además de pagar una fuerte fianza, posterior a eso, Li sería extraditado de los Estados Unidos a su país de origen, con lo que volvería a Costa Rica.
Si se cumple ese deseo, Li ya habría purgado su condena, entonces quedaría libre, pero no puede permanecer más en Estados Unidos porque al ser condenado por delitos en ese país, automáticamente sería extraditado. Existe la posibilidad que una vez se termine de leer la sentencia lo manden en un avión de una para Tiquicia.
Podría ser que al Chino le den chance de ir a Miami a arreglar sus asuntos y una vez lo haya hecho lo manden para Costa Rica. Claramente al ser condenado en Estados Unidos no podría volver a ese país.
Antes de la sentencia, Róger Guevara, representante legal de Li en el país, indicó al periódico La Nación que están muy optimistas de lo que sucederá el martes y que su cliente está con muy buen ánimo, ellos han colaborado a la justicia gringa, lo que ayuda a la situación.
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"El deseo de él es someterse y cumplir con la justicia estadounidense. Insisto, está positivo y tranquilo, está agradecido con Dios de tener la posibilidad de ir cerrando esta etapa y este ciclo que le ha tocado afrontar. Muy tranquilo y seguro de que ha cumplido con todo lo que se ha comprometido con la justicia estadounidense”, indicó el abogado.
Por su parte, Ken Bensinger, reportero de BuzzfeedNews y quien ha dado mucho seguimiento al caso, destacó que el Chino llegó a un trato con la justicia gringa a cambio de recibir una pena menor. De los cuatro detenidos en Suiza, es el único que colaboró en ese aspecto.
"Él será el primer colaborador sentenciado, ya que las cuatro personas sentenciadas hasta ahora no han colaborado (Takkas y Trujillo) o fueron condenados por el jurado (Marín y Napout, quienes no quisieron declararse culpables). Li, en cambio colaboró y según tengo entendido, ayudó bastante”, indicó Bensinger.
Antecedente
Hay un antecedente que da para que Li se ilusione, el caso de Héctor Trujillo, exsecretario general de la Federación de Fútbol de Guatemala y que fue sentenciado el 25 de octubre del 2017 a ocho meses de prisión por la jueza Pamela Chen, la misma que dictará sentencia este martes a Li.
Trujillo estaba acusado, al igual que el tico, de aceptar plata de parte de la empresa Media World, dueña de los derechos de televisión de la Selección de Guatemala para los mundiales del 2018 y 2022, acusación que al igual que el Chino reconoció como cierta.
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En el caso de Trujillo aceptó ser culpable de dos de ocho delitos que se le imputaron, conspiración para transferir dinero y transferencia ilegal de dólares, utilizando el sistema bancario de EE.UU, delitos similares a los que se le acusa a Li.
Actualmente Trujillo está libre en Guatemala, pero fue inhabilitado de por vida por la FIFA para ejercer cualquier cargo en el fútbol.