El mes de octubre es sinónimo de brujas por las celebraciones de Halloween y hay un Cadáver que en dos ocasiones ha vuelto a la vida en estas fechas.
Hablamos del experimentado entrenador Rolando Villalobos, más conocido como el Cadáver, quien sus dos últimas apariciones en los banquillos del fútbol tico se han dado en días cercanos a esta conocida celebración.
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Rolando, quien inició su carrera como técnico a los 37 años después de una larga carrera como jugador en primera, es el director de ligas menores en el Herediano y ahora se volvió a poner la pantaloneta y los tacos para acompañar a Jafet Soto en la recta final del Apertura y la final de la Liga Concacaf.
Sin duda, verlo el jueves por la noche en el banquillo durante el duelo entre el Team y el Motagua de Honduras llamó muchísimo la atención.
Su anterior capítulo en los banquillos también inició en el mes de las brujas. Fue el 31 de ese octubre del 2012, el propio día de Halloween, cuando se hizo cargo del banquillo del Cartaginés tras la salida de Odir Jacques.
- ¿Que sintió cuando Jafet le pidió ayuda tras la salida de Wanchope?
Verse de nuevo con pantaloneta y tacos en una cancha para entrenar, dirigir algunas palabras, hacer paredes con los jugadores para que rematen, pero sobre todo que me tomen en cuenta, lo hace a uno sentirse muy especial, porque recordé mis primeros pasos en esta profesión allá por los finales de los 80′ y durante los 90′, cuando me metí de lleno en el tema de la dirección técnica.
Me sentí totalmente halagado por la confianza de Jafet. Reitero, es muy especial.
- ¿No le dio algo de temor aceptar por el momento complicado del Team?
Acepté porque veo a Jafet como un hijo, él me ve como un padre y eso nos alinea a las mil maravillas. Tenemos nuestras diferencias, como es normal, pero todo apunta al bien del Herediano.
Además, estos cinco años en la institución me han hecho vivir en una gran familia, porque eso es el Herediano, algo que me quedó metido desde el primer día de trabajo. Sé que existe presión por toda la grandeza del equipo en los últimos años, con diez finales, cinco ganadas, una representación internacional de altura, todo eso me hizo decir que sí, sin pensarlo, hoy vivo totalmente alegre por ayudar a Jafet.
- ¿Sintió que se le aparecían las brujas de Halloween cuando expulsaron a Jafet ante Motagua?
En ese momento las palpitaciones son otras, porque ya hace tiempo que no las vivía. ‘Ahora esto me corresponde a mí’, fue lo primero que se me vino a la cabeza en ese momento. Supe que tenía que echar mano de toda mi experiencia porque ya no podía ver el juego como asistente sino como el responsable directo de la dirección técnica, porque siempre son cuatro ojos los que ven el partido, pero Jafet ya no estaba, a mi lado quedaron Miguel Segura y Marcelo Emanuel, así que había que tomar decisiones y echar solo para adelante.
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- ¿Decisiones como cuáles?
A veces hay que pegar un jalón de orejas aunque sea de largo, poner mucho ojo a todos aquellos movimientos de los jugadores que uno considere pueden afectar la idea de nuestro juego y otras cosillas pequeñas por ahí, pero que no se pueden descuidar.
- ¿Los aficionados cerca de la banca le gritaron algo?
Sí, que mucha suerte, que tuviera éxitos, que juntos íbamos a ganar. En realidad la afición más noble que conozco es la del Herediano y eso en pocos minutos me lo hicieron sentir, se los agradezco.