El liderato de Alajuelense no era contra agua y apenas en el primer baldazo que enfrentó se le escurrió de la manos, al igual que la ilusión que tenían los manudos hace ocho días cuando se treparon a la cima y aventajaban al Saprissa por más goles anotados.
Este domingo 30, en la cancha del estadio Cuty Monge en Desamparados, fatídica para el arquero erizo Mauricio Vargas, el Pérez Zeledón se apeó 3-1 a la Liga en una lluviosa tarde en la que al visitante no le salió prácticamente nada desde un arranque.
Algo tiene esa fecha y ese número que a los liguistas les para el pelo, tanto así que una victoria hubiera llevado a los rojinegros a los 30 puntos. Triste. Hasta las coincidencias se confabularon en su contra.
Los erizos desaprovecharon el empate a tres que los morados tuvieron ante San Carlos a las 11 a. m. y la oportunidad de sacarles dos puntos en la cima, en su lugar la unidad sumada por el Monstruo le sirvió para volver a lo más alto. Los morados tienen 28 puntos y los rojinegros 27.
Las cosas arrancaron mal para los rojinegros con el bomberazo de Mauricio Vargas a los 15 minutos, luego de que Yuaicell Wright le ganara una salida al arquero en la que quedó muy corta, gol con el que los Guerreros del sur supieron manejar el partido. Vargas salió con miedo al choque y por eso le ganaron el balón.
Pareciera que el estuche josefino es un lugar de pesadilla para el meta erizo, porque en esa misma cancha metió de nuevo las de andar en la jornada diez cuando le regaló un gol a la UCR luego que intentó dominar la pecosa y se la quitó el académico Francisco Rodríguez en el mismo marco norte en el que falló de nuevo este domingo.
A los 35 minutos, cuando el partido fue interrumpido por una fuerte rayería el partido de la Liga era de malo para abajo, sin jugadas de peligro claras y pagando caro los errores atrás. Tal como sucedió en la primera vuelta, los sureños tienen la medida puesta a la Liga a quienes derrotaron 2-1 en el Morera Soto.
Es probable que va más allá de la casualidad que los dos peores partidos de los manudos en el torneo sean ante el mismo rival, José Giacone y su cuadro sabe muy bien cómo amarrar a la Liga, por algo los alajuelenses apenas les han ganando un partido de los últimos seis.
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Para el arranque del segundo tiempo, a los 50′ Pablo Azcurra marcó el 2-0 con un remate de seguido después de un balón picado que salió de un saque de banda. Al fugaz líder le estaba lloviendo tupido y las ideas se le quedaban cortas para sostener la situación, conforme pasaban los minutos crecía su evidente desesperación.
Los erizos descontaron después de mucho insistir a los 88′ con Allen Guevara, al entrar con la pecosa dominada al área y definir sobre el meta Bryan Segura.
Jonathan Moya anotó a los 89 en una jugada que parecía legítima, pero se anuló por un fuera de juego que la repetición de Teletica Deportes demostró que no fue tal. Un error del línea que se llevó a Henry Bejarano entre las patas.
En lugar de apretar por una jugada que les diera el empate en el cierre y les salvara la cima, el tercero de Pérez cayó a los 90, un pepino de Luis Carlos Barrantes desde los linderos del área al ángulo del segundo palo, en una jugada que nació de un mal rechazo de Vargas que otra vez se vio muy mal.
A los manudos ya nada los salvaba, ni siquiera el planchetazo a la cara al mejor estilo del taekwondo o la lucha libre que Barrantes le metió en la cara a Cristopher Meneses y de esta manera, otra vez, la Liga tendrá que luchar desde atrás, como ha sido costumbre.
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Es buena la metáfora de la moneda al aire, así es Alajuelense un día cae de cara y otras veces de cruz, con este equipo parece que no hay tintas medias.