EscucharEl Municipal Pérez Zeledón y Limón FC jugaron este domingo uno de los mejores partidos de la fecha en un vacío estadio Alejandro Morera Soto, sede usada por los sureños debido al cambio de gramilla en su casa.
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El partido se selló con un empate 1-1, el resultado fue ese porque los porteros de ambos clubes así lo decidieron con sus paradones.
Bryan Segura, arquero guerrero de 21 años, sigue demostrando que es uno de los mejores y con mucho futuro en el fútbol, mientras que Dexter Lewis, de Limón, mostró que cuando se es bueno, la edad es simplemente un número y que sus 37 años son garantía de experiencia y calidad en el marco.
A las atajadas de ambos, debemos destacar los goles anotados por Alexánder Espinoza, en un cobro de penal al 36′, después de una falta de Anthony López contra Michael Barrantes.
Espinoza falló un penal el jueves pasado ante Carmelita al pegar el balón en el poste, pero eso no le quitó la confianza para cobrar la falta este domingo. La Rata, como lo apodan, tocó la redonda pegada al lado derecho de Segura, que se lanzó a su izquierda para el 1-0 a favor de los visitantes.
El empate generaleño llegó al minuto 53, después de un tiro de esquina que cabeceó Edder Monguío, quien llegó solito desde atrás, tocó de cabeza, la pecosa picó y acabó en el fondo de la red de Lewis.
Con el empate, ambos clubes se dedicaron a buscar el triunfo; sin embargo, aparecieron sus porteros para impedir que el marcador cambiara.
Al 67′, Barrantes recibió un pase de Greivin Méndez, entró al área, se sacó al portero y remató, pero la bola pegó en el palo.
Los generaleños respondieron con un remate de pierna derecha de Yuaicell Wright, pero Dexter desvió el balón con la mano izquierda al tiro de esquina. Lo mismo volvió a hacer el portero limonense con un remate de Keylor Soto que lo obligó a meter el puño izquierdo para proteger su marco.
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Luego le tocó el turno a Segura de lucirse, cuando Jefferson Brenes entró al área, el portero sureño lo aguantó y la bola le pegó en el cuerpo, el rebote lo despejó un compañero y después fue el mismo Bryan el que se levantó y se dejó la redonda con una mano.
