La despedida de Pablo Gabas fue la que se soñaría cualquier futbolista. Quienes estuvieron presentes puede dar fe de ello, fue casi un manual de cómo se debe despedir a un ídolo más allá de los colores.
Este miércoles por la mañana en Alajuela no importó que el partido fuera un feriado a las once de la mañana. El show, más que un simple partido de fútbol, tuvo de todo: llenazo en las gradas, mucho talento en la cancha, el homenajeado rodeado de amigos y familiares, risas por doquier y música.
Gabas no nació en este país, al que llegó en el 2002 para jugar con Santa Bárbara, y pasó a la Liga dos años después. Pero el che algo tuvo que se ganó el cariño de una afición que ayer no se cansó de corear durante todo el juego, “no, Gabas no se va, no se va, no se va, Gabas no se va”.
A pesar del derroche de talento que había en la cancha con Froylán Ledezma, Rolando Fonseca, Jerry Palacios, Alonso Solís, Carlos Hernández, Carlos Castro, Harold Wallace y Marcelo Sarvas, entre otros, el homenajeado nunca quedó eclipsado y más bien desde el primer minuto de juego, ya se hizo presente en el marcador para levantar a todos de sus asientos.
La popular Doña Merry, quien arrancó como árbitro en la mejenga, le regaló un penalito al argentino para que la cosa arrancara caliente. Como era lógico Gabas le anotó a Patrick Pemberton y arrancó la celebración en la que se metió hasta el famoso Juan Vainas, a quien se le olvidó que estaba de guardalíneas y se metió en la pelota de jugadores.
Penal a favor de “Los Amigos de Pablo Gabas”.Penal a favor de “Los Amigos de Pablo Gabas”. www.lateja.cr
Posted by La Teja on Wednesday, July 25, 2018
A los quince minutos el partido estaba con bastante acción. El exárbitro Marvin Amores llegó a sacar a sacar a Merry de la cancha, mientras que Jerry Palacios pidió cambio porque ya estaba fundido; al fin y al cabo con el catracho la intención fue lo que contó porque llegó sin aire al partido luego de dos años de retirado.
Cuando la mejenga estaba bajando un toque, de la nada apareció Maikol Yordan Soto parado a la par del marco sur que defendía Pemberton; el comediante andaba en otro viaje perdido porque como es amigo de Gabas quería saludarlo por la despedida, pero el hombre no sabía que no se podía meter a medio partido. Al menos salió con el saludo, lo que arrancó más risas a la gente.
Otro que se encargó de llevar emoción fue Froylán “Cachorro” Ledezma, quien tuvo su show personal con un golazo y ovación incluida. Los manudos siguen demostrado que hablando de ídolos, lo del negrazo es un capítulo aparte, además de estar en gran forma física, es de los que hubiera aguantado jugar toda la mejenga, aunque muchos no lo crean.
La cosa salió tan bien que hasta llegó un morado para que lo silbaran y la gente se desahogara. Cada vez que Alonso Solís tenía la pecosa, los manudos se iban en chiflas, algo que ni planeado probablemente habría salido tan bien.
Para el segundo tiempo, Gabas jugó con la camiseta de Alajuelense por última vez, con la novedad de que hizo dúo con su último entrenador en primera división, Luis Diego Arnáez, recordando las épocas en las que los dos manejaban la media eriza. Fue bonito verlos juntos otra vez. Además Gabas se jaló un golazo desde fuera del área con un remate pegado al palo, esta vez sin que Merry metiera mano.
Al final el resultado de 5-4 a favor de los amigos de Gabas fue lo de menos, porque la fiesta del argentino será recordada mucho tiempo como aquella en la que todo salió bien y se despidió a un grande con todas la de la ley.