Las intenciones de Paulo Wanchope de mejorar el juego del Cartaginés, de hacerlo más vistoso, más rápido y más efectivo son buenas y se agradecen, pero bien reza el refrán “del dicho al hecho hay mucho trecho” y al entrenador blanquiazul aún le queda mucho trabajo por delante para acercarse a lo que plantea.
Ante Guadalupe FC, el cuadro centenario fue un equipo de chispazos, pero que no le alcanzó para poder acabar con un equipo capitalino bien planteado, el cual ni siquiera con diez jugadores perdió el orden y se llevó un merecido empate a uno, que casi se convierte en triunfo, de no ser por el arquero brumoso Darryl Parker.
Este domingo vimos ciertas contradicciones en el discurso de Chope y lo hecho por sus jugadores, por ejemplo, cuando consiguió el gol a los 24 minutos, el cuarto de un encedido Jossimar Pemberton en cuatro partidos, el equipo más bien bajó intensidad y permitió al rival crecer, después del pepino Cartaginés no tuvo ninguna acción más de peligro.
Los de la Vieja Metrópoli tenían para hacer más jugadas como la del gol, una diagonal desde poco más allá de media cancha que bajó con mucha calidad Jossimar y definió con mucha tranquilidad a la salida de Luis Torres, un gol muy bonito para un equipo que lucía inquieto, lo que uno espera por lo que escucha de su entrenador.
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Con la ventaja es donde no sabemos qué pasó y por qué los brumosos bajaron intensidad y sin tener grandes figuras, Guadalupe con velocidad los empezó a meter en problemas, cuando se supone que el equipo del “fútbol rapido” es el brumoso.
Guada metió su primer susto con un cabezazo de Julio Cruz que primero sacó Luis Pérez de la línea y en el contrarremate la agarró Parker, el primer tiempo terminó con la sensación de empate para los josefinos y dos bajas en Cartaginés por las lesiones de Sadier Camacho y Hernán Fener, lo que pudo limitar a Paulo para corregir la falta de dinámica que sufrían.
El segundo tiempo arrancó como terminó el primero, los visitantes no fue que se tiraron atrás, pero no podían armar nada en la media para defender con el balón como lo quiere Chope y para crear opciones es necesario tener la pecosa, lo que Cartaginés no logró.
Con Arturo Campos y Julio Cruz la zaga brumosa la veía fea y con un Mauricio Montero muy bien parado en la media no podía crear nada y a los 50 minutos se hizo justicia y llegó el empate.
El gol cayó por un centro que cabeceó Cruz en el área pequeña, Parker pudo rechazar, pero entró Campos en el rebote y la mandó al fondo. La llegada del exjugador de Alajuelense ha sido toda una salvada para el cuadro de Heiner Segura, dado que el muchacho ha hecho tres de los cuatro goles que llevan en este torneo.
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Chope echó mano del único cambio que le quedaba con el panameño Néstor Barahona, quien entró a los 65 a manejar un toque más la pecosa y crear
peligro porque desde la salida de Fener no pasaba nada con el ataque brumoso.
Apenas tres minutos después de la entrada del canalero, parecía que la mejenga se le acomodaba a los blanquiazules con la expulsión del defensa guadalupano Lautaro Ayala, pero fue una ilusión en vano, porque nada cambió y Guadalupe siguió generando más peligro aún con todo y uno menos.
Para que la propuesta de Chope prospere, necesita jugadores rápidos y que puedan manejar bien la pecosa y un centrodelantero que concluya todas las opciones que generan, los cuales los brumosos extrañaron este domingo, tal vez el delantero cubano Marcel Hernández y el volante gringo con ascendencia mexicana Juan Arellano puedan ser una solución.
Las palabras y explicaciones de Paulo suenan superlindas al oído, todos quieren jugar bien, no perder tiempo y dar un espectáculo, pero para lograrlo y poner en práctica las enseñanzas de los equipos de primer mundo se necesita que los jugadores no le fallen al técnico.