A Andrea Vargas le llueven solicitudes de amistad y le ofrecen pizza gratis por un año

Convertirse en la primera tica en ganar una medalla de oro en los 100 metros con vallas en los Juegos Centroamericanos y del Caribe en Barranquilla, Colombia, le varió la rutina a la puriscaleña Andrea Vargas.

La joven, de 22 años, no solo recibió cientos de mensajes en su WhatsApp, también se le llenaron las redes sociales con solicitudes de personas que desean seguirla.

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“Ya cuando todos se dieron cuenta (que había ganado), se me saturó el WhatsApp, el Facebook y el Instagram. Creo que para toda Costa Rica fue un impacto muy grande, muy significativo; la gente me felicitó, deseó buenas vibras y la verdad me acosté tarde escribiendo mensajes y hasta el momento no he podido ver mucho Face y las noticias”, contó la campeona desde Colombia, donde estará hasta el sábado cuando aterrice en nuestro país.

Las felicitaciones para Andrea llegaron también de empresas como Pizza Hut, donde se apuntaron a la emoción por el triunfo de la nacional y están haciendo una promo en Twitter donde piden que se comente una publicación para darle pizza gratis por un año a la atleta, algo que la emociona.

“(Risas) No sabía (de la promo de Pizza Hut), está buenísimo, solamente que no puedo comer siempre, tal vez una o dos (pizzas) al mes. Sí me gustaría mucho”, respondió Andrea desde Barranquilla ante la consulta hecha por La Teja.

El gusto de la macha dorada por esa comida rápida hizo que el martes por la noche, luego de ganar el oro, el Comité Olímpico Nacional le consiguiera una pizza mitad jamón y queso y mitad hawaiana de doce porciones para que se la comieran entre ella y su mamá, doña Deysiana Mena, quien también es su entrenadora.

Además de ese rico antojo que pudo quitarse, Andrea dice que pudo hablar con su esposo, David Jiménez, hasta las 11:30 de la noche del martes, mientras que con su hija Abril, de 3 años, lo pudo hacer hasta este miércoles por la mañana.

“Él está muy emocionado y feliz porque ve el esfuerzo y la dedicación. A mi hija le pregunté si pudo ver la competencia”, señaló Andrea, atleta que tuvo libre este miércoles y el jueves volverá a entrenar, mientras aprovecha para ver otras competencias en suelo cafetero.

Entre tanta adrenalina, Vargas tiene la medalla de oro guardada en un bolso en su cuarto de la Villa Olímpica y espera enmarcarla cuando regrese a su natal Puriscal.

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La abogada vio unas tres veces el video de la competencia, cree que fue un recorrido duro, pero sabía que si llegaba de primera a la última valla de fijo ganaba.

Andrea es la mayor de tres hijos, su hermano Alejandro, de 20 años, le ayuda en los entrenamientos, aunque no corre profesionalmente, mientras su hermana Noelia, 18, compite en la disciplina de marcha. Su papá, Juan Manuel Vargas, trabaja en el Banco Nacional.

Como toda una todoterreno, Andrea combina los entrenamientos con las idas a la escuela de su hija y sus labores como abogada privada, demostrando que cuando se quiere se puede, pese a contar únicamente con el apoyo económico del Comité Olímpico y del Icoder.

Del trabajo de su mamá como entrenadora, Andrea recordó que la señora dejó los estudios en Informática cuando sus hijos estaban pequeños para cuidarlos y apoyarlos, algo que significa mucho para ella.

“Ella es muy estricta, siempre hemos dicho que cuando vamos a competir ,ella no es mi mamá, es mi entrenadora. Se comporta como entrenadora y a mí me genera mucha confianza, ella ha hecho cursos de atletismo y quiere seguirse preparando”, agregó Vargas, de 22 años.

Andrea y su mamá regresan este sábado al país y ya el miércoles se irán a Canadá a competir de nuevo.