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El pasado fin de semana nos fuimos a visitar los miradores cerca del Sanatorio Durán, en Cartago, los cuales se llenan de familias que buscan disfrutar del atardecer y las impresionantes vistas que ofrece la zona.
Las tardes de enero son perfectas para disfrutar con familiares o amigos y ese lugar, a las faldas del volcán Irazú, se ha vuelto el favorito de muchos, ya que no es una salida que haya que planear con gran tiempo o en la que se gaste mucha plata. Así que decidimos explorar ese hermoso destino. Nuestra primera parada fue ante en el imponente Sanatorio, un lugar que atrae a muchas personas y este sábado no fue la excepción.
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Luego de eso, en la misma carretera, que está camino al volcán Irazú, observamos a los aventureros que armaron su propio picnic con mantas, comidita, abrigos y hasta mascotas, además la tarde fue perfecta porque no estaba haciendo tanto frío y tampoco estaba muy ventoso, y aunque hubo neblina, no fue problema.
Este camino está asfaltado, por lo que se puede llegar fácilmente con cualquier vehículo, para que lo tome en cuenta por si usted está pensando hacer un tour uno de estos días.
Nuestra siguiente parada fue a un kilómetro del antiguo hospital, justo en el mirador Potrero Cerrado, uno de los sitios más visitados y que recientemente le estuvimos contando en una de nuestras notas. Allí estaban varias personas disfrutando del momento y tomándose fotografías, así que aprovechamos para hablar con algunos.
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“Queríamos salir un rato de la casa y darnos una vuelta. Es un lugar muy bonito y hay que venir preparado con un cafecito, un sándwich o algo. Otras veces que hemos venido ha habido mucho sol y se ve todo Cartago, es precioso”, nos comentó don William Segura, quien llegó junto a su esposa, Ivania Valverde, desde San Diego de Tres Ríos.
Don William mencionó que ha tenido la experiencia de visitar también el Sanatorio y otros lugares de la zona, pero también recomienda darse la vuelta por Orosí y Ujarrás, especialmente los miradores.
En este mirador nos encontramos también con otra familia muy bonita, la de doña Masiel Campos, que llegó desde Hatillo y hasta llevó a sus mascotas para que disfrutaran.
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“Ando con mi esposo, mis dos hijas y mis dos perritos. Ya hemos venido varios años atrás, pero es la primera vez que venimos con los perritos. Trajimos café, enchiladas y a los peludos les trajiimos su tacita con agua, les andamos pañitos calientes también”, nos dijo Campos.
Doña Masiel asegura que no tardaron mucho en planificar esta salida, que estaban en la casa y se les ocurrió hacer algo divertido y a la vez económico, pero principalmente que sus amigos de cuatro patas fueran bien recibidos.
Continuamos bajando por el camino para disfrutar de las vistas desde otros ángulos y nos encontramos con una pareja de enamorados que llegaron desde San José: Pablo Orozco y Seidy Salazar, que no lo pensaron mucho, se montaron en su Vespa, se pusieron abrigo y gorro y emprendieron su camino.
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Pablo es oriundo de Cartago así que disfruta estas salidas y aprovecha para llevar a su novia a darse estos tours que les permiten conectar con la naturaleza y coleccionar momentos juntos.
Un poco más abajo nos cruzamos con una familia que llegó con todo lo necesario para hacer de la tarde una experiencia inolvidable.
“Nosotros venimos desde Aserrí, el viaje duró como una hora (en carro) y ya hemos venido en varias ocasiones”, nos dijo Keilyn Salcedo, que llegó a vivir esta aventura acompañada de su mamá, Ana Pérez, su esposo, hijos y su perrito Mumu.
Keilyn nos dio algunos tips para esas personas que quieren adentrarse en los destinos que ofrece esta zona: “Que averigüen bien los horarios si van a ir al Sanatorio o al volcán, traigan bloqueador, algo para picar, básicamente creo que eso es lo necesario”.
Doña Ana expresó que en Costa Rica hay muchos lugares donde las personas pueden salir en las tardes para compartir con familia o amigos y sin necesidad de tener que hacer un gran gasto.
Esta familia también ha tenido la oportunidad de visitar lugares como el volcán Irazú, el Cráter La Olla en sus faldas, y Prusia.
