Puerto Vallarta, en México, es una ciudad visitada por turistas de diferentes parte del mundo, esto por sus playas, paisajes, artesanías y el buen ambiente que los caracteriza.
En nuestro paso por el país azteca, nos topamos con su Parroquia de La Virgen de Guadalupe, la cual se viste con una inmensa corona.
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Como les comentábamos en una nota anterior, Puerto Vallarta pertenece al Estado de Jalisco, y tras disfrutar de una de sus lindas playas, decidimos recorrer El Malecón, donde, en un ambiente playero, nos encontramos con la catrina más grande del mundo, un niño montado en un caballito de mar y la imponente corona de la iglesia.
Antes de iniciar nuestro recorrido, nuestros amigos mexicanos nos recibieron con una bebida llamada tuba, que es originaria de Filipinas y es hecha a base del jugo de la palma de coco, a la cual se le agrega azúcar y frutas como manzana, durazno, fresas y nueces, ¡estaba deliciosa!
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Guillermo Lira, el guía en nuestro tour nocturno por la ciudad, indicó que hay dos íconos emblemáticos de Puerto Vallarta: El caballito de mar y la corona de la parroquia.
“El caballito es una escultura que honra al estado de Jalisco y a Puerto Vallarta. Jalisco es la tierra de los charros, de los mariachis, del tequila, y por eso el niño trae un sombrero de charro en la espalda. El artista que hizo la escultura era un niño y el caballo es de mar porque está en la playa”, nos explicó Guillermo.
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Memo, como le diremos de cariño, comentó que esta escultura es una réplica, ya que la original, aunque está ahí cerquita, se ubica en una de sus playas más famosas: playa de los Muertos, que es la primera que se inauguró para el turismo.
Luego, caminamos para dirigirnos a la famosa iglesia, que gracias a la iluminación del lugar se puede apreciar muy bien aunque sea de noche.
“Tiene 103 años y fue construida por la gente de Vallarta. Las personas donaron los materiales, el dinero y hasta el trabajo. Tomó mucho tiempo, décadas terminarla, y es la única iglesia que tiene corona, la corona de la Virgen María, o en este caso, el de Guadalupe, que además, para muchos mexicanos, es la reina de México”, agregó Lira.
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El guía señaló que no se trata de una catedral, sino de una parroquia con sacerdote, y para él, es la más bonita. Al llegar, los fieles estaban en plena misa, así que aprovechamos para quedarnos unos minutos dentro y admirar la arquitectura, los detalles de las pinturas y otros elementos del lugar.
La corona fue originalmente construida con concreto, pero tuvo que ser reemplazada en 1995 debido a los daños causados por un temblor.
En el 2009, se elaboró una nueva versión de fibra de vidrio, pero factores como el sol, la sal y el viento típicos de la zona afectaron su forma, por lo que ese mismo año, se fabricó una versión más resistente, hecha de roca y cemento, que es la que se encuentra actualmente.
Este ícono de Puerto Vallarta está adornado con muchos símbolos y números, y cada uno tiene un profundo significado religioso. Son muchos los fieles que se acercan para apreciar la obra y mantener sus tradiciones.