El lugar está rodeado de plantas y áreas verdes, las mesas y sillas hechas de madera acogen a quienes llegan a saborear un cafecito recién hecho, cuyo aroma tan rico despierta las ganas de quedarse ahí, por supuesto, ese taza de yodo hay que acompañarla con un rico bocadillo fresco.
Cuando se entra a Punto Café son solo buenas vibras, el lugar transmite mucha tranquilidad, eso se debe a que sus trabajadores son muy amables, tienen una actitud muy positiva que recarga a cualquiera con solo intercambiar una palabra.
El servicio que dan los colaboradores es increíble, lo reciben a uno superbién, pareciera que están haciendo cualquier otra cosa, menos trabajando, ya que con una gran sonrisa lo esperan en la entrada y, al invitarlo a pasar y a tomar asiento, no desestiman ningún detalle para hacerlo sentir a uno pura vida.
Es tan buena la atención al cliente que uno se pregunta qué propósito tendrán para esmerarse tanto, y es que muchas personas van y disfrutan de lo que ofrece Punto Café sin saber que los colaboradores sí tienen una gran razón para hacerlo sentir así a uno.
La cafetería, que tiene una sucursal en Desamparados y otra en Rohrmoser, le brinda empleo directo y remunerado a nueve personas, tres de producción y seis que se encargan de la atención al cliente y la preparación de los alimentos.
Lo que los hace diferentes es que cinco de estas personas están en un proceso de rehabilitación, ya que Punto Café apoya la reincorporación a la sociedad de personas que están superando algún tipo de adicción.
Según Bárbara Sánchez, asistente administrativa, la cafetería busca ofrecer un servicio de alta calidad, con una experiencia muy satisfactoria para el cliente y que muestre las capacidades de las personas empleadas.
Esta es una de las razones por las que los trabajadores se ponen pilas para que usted se sienta bienvenido, como quien dice, lo tratan mejor que en su casa.
Después de vivir consumidos en una adicción, estas personas logran recuperarse y salir adelante con una nueva esperanza de vida, por lo que no desaprovechan ningún instante, ellos valoran cada momento.
Aparte del excelente trato que brindan, la comida es riquísima, ya que le ofrecen bocadillos salados como pizza, sándwich, palitos de queso, empanadas, cangrejos, enchilada de papá y más.
Para los dulceros tienen varias opciones como el pastel de manzana, el tamal de elote, torta de zanahoria, brownie de chocolate, rollos de canela, torta chilena, entre otros.
En la cafetería puede disfrutar de un delicioso cafecito, pero también le ofrecen otros tipos de bebidas como frappuccinos, bebidas naturales, capuchinos, chocolate, gaseosas y más
Los precios son superaccesibles, van desde los 600 colones que cuesta un alfajor hasta los 5900 colones que cuesta la pizza hawaiana, es decir, es rico y barato.
En La Teja fuimos a la sucursal ubicada en San Miguel de Desamparados, por lo que estamos seguros que no se va a arrepentir de comer rico, mientras colabora con estas personas que la pulsean para reconstruir su vida.
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Este es un proyecto de la Asociación Centro de Rehabilitación para el Adicto (Casa ACERPA), en la cual están seguros que el abrir las puertas de la cafetería es una gran oportunidad para que estas personas puedan retomar las riendas de su vida con un buen trabajito el cual agradecen.
Para conocer más sobre la cafetería puede encontrarlos en sus redes sociales como Punto Café en Facebook y en Instagram como puntocafecr.
Disfrutamos de la atención, tanto como de la comida y, lo mejor, nos llevamos el cariño y el aprendizaje de que la vida tiene un propósito, así como Punto Café también lo tiene.