El locutor Jair Cruz no supera un regalo que le dieron en una Navidad y que para él, es el juguete más feo que ha recibido.

“Siempre quise un carro, en donde uno se podía montar y llevarlo con peales, pero no me duró nada.

“Y odié un maromero, que era una especie de una carreta, esa vara, juguete más feo, imagináte para uno pedir un carrito para montarse y que le regalen un maromero”, dijo entre risas.

El comunicador disfrutó el jueves anterior de la inauguración de la Navidad en Tiendas Universal y comentó que a él le gusta la decoración.

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“El venir a esta actividad hoy (jueves) me hace recordar cuando era niño e iba a la tienda de Avenida Central, con aquellas ventanas en donde se exhibían los juguetes.

“Y además se me viene a la mente el avenidazo, en donde uno iba por la Avenida Central lanzando confeti, eran tiempos en donde la pasaba bien”, afirmó.

Cruz confesó que le gusta ver los diferentes elementos para decoración, pero se va de bruces con los juguetes.

“Me gusta ver la decoración, pero a uno como papá le gusta ver más los juguetes, observar las diferentes opciones para ellos. Pero en esto de la Navidad, la decoración es para los grandes y los juguetes para los niños”; afirmó.

A la segura

Jair recordó cómo se la jugaba a la hora de escoger los juguetes para sus hijos.

“Todos son muy diferentes, pero yo recurría a la vieja confiable y a las mujeres siempre les regalaba una Barbie. Casualmente, a la única que no le gustan las Barbies es a Isabella, que le encantaban los carros y yo decía ‘cómo le vamos a comprar carros a la chiquita’ y ahora le gustan los carros deportivos.

“Jair es el único varón y le gustaba jugar con Lego, con ese tipo de cosas para armar”, dijo.

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El comunicador añadió que afortunadamente tiene una casa grande y eso le permite organizarse para que sus 6 hijos lleguen a decorar y vivan una completa fiesta.

“Todavía no tenemos fecha para decorar, pero creo que será en noviembre, además, este año debemos decorar dos casas, la mía y la de mi hija Valeria, quien hace poco se fue a vivir con el novio.

“Y todos los años nos organizamos para hacer la cena el 26 o 27 de diciembre, con un intercambio de regalos”, contó.