Dicen que cuando toca, ni quitándose el tiro. Algo así fue lo que le sucedió a Verónica Moro Yañez, una mexicana a quien se le hizo realidad en Costa Rica su sueño de conocer a Lucero y Mujeres.
Moro nació en México y creció siguiendo la carrera artística de ambas estrellas, pero a los 15 años se vino a Costa Rica y su ilusión de verlos cantar en vivo en algún momento se le fue de las manos.
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Pero como la vida siempre sorprende, la señora cumplió su anhelo muchos años después, muy lejos de la tierra donde nació, pero con los recuerdos intactos de cómo fue que Lucero y Mijares la cautivaron desde niña.
Moro salió favorecida en un sorteo de entradas que hizo La Teja para el concierto de los mexicanos y ella tuvo la gran suerte de que su boleto le incluyó la posibilidad de conocer y fotografiarse con ellos.
Verónica compartió con Lucero y Mijares, minutos antes a que ellos salieran al escenario del Estadio Nacional, para iniciar con la descarga de éxitos que incluyeron en su gira “Hasta que se nos hizo” y que reunió a miles en el reducto de La Sabana.
La afortunada mamita de cuatro hijos estaba muy feliz e ilusionada con la oportunidad de conocer a Lucero y Mijares, un regalo por el Día de la Madre que nunca olvidará, según dijo.
“Soy fan de los dos de toda la vida, desde que estaba en México, cuando yo era jovencita. Recuerdo que Lucero empezó a actuar muy niña en México, en un programa que era para niños y, desde entonces, la sigo. Lo mismo con Mijares”, dijo la feliz empresaria (tiene una floristería) a La Teja.
Con un pequeño galán
Doña Verónica llegó bien acompañada de su hijo Jacob Rojas Moro, de 14 años, quien poco conocía de los artistas pero quedó gratamente sorprendido con la simpatía y la belleza de Lucero, que se veía radiante.
Mientras que doña Verónica contó que ella estaba que se la comían los nervios por tener a semejantes artistas junto a ella.
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“Me llaman la atención, especialmente, la carrera que han tenido como cantantes y a lo largo de los años, y que a pesar de tanto tiempo siguen vigentes. Cuesta mucho que los artistas sigan tan vigentes después de tantos años de carrera”, agregó Moro, quien vino a Costa Rica hace 37 años porque se enamoró de un tico y se casó con él.
Doña Verónica añadió que cuando supo que había ganado la entrada y que iba a conocer a sus compatriotas, ella se emocionó bastante pues recordó toda la admiración que siempre les ha tenido, por eso los nervios de este domingo, al llegar la hora de saludar y fotografiarse con las estrellas.
“Cuando me dijeron que gané, me dio mucha emoción. Son cantantes tan famosos y con una carrera tan bonita, con mucho talento en la música y esa voz que tienen me encantó y me dio mucha felicidad. No los conocía en vivo y los vine a conocer aquí en Costa Rica”, afirmó con evidente ilusión la vecina de Curridabat.
La emoción de ella por conocer a Lucero y Mijares la encendía más el hecho de que tiene un primo que se llama Angel Omar Moro, un fan y amigo de Lucero, de quien ella le quería hablar a la artista, pero por disposiciones de la producción internacional, no pudo quedarse mucho tiempo con ellos porque había otras personas que también iban a conocer a los famosos, tras resultar favorecidos en distintos sorteos.
“Él va a todos los conciertos y ella conoce a mi primo”, contó la señora respecto a la cercanía de su familiar con la guapa mexicana.
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Hay otra cosa que le llama bastante la atención a doña Verónica y es que ella admira la relación profesional y de amistad que tienen ambos artistas, a pesar de la historia de amor que los unió y los separó hace años.
“Me parece una relación muy madura y una relación basada más bien en el amor de sus hijos, porque después de divorciados, el tiempo que estuvieron separados y que vayan a reencontrarse me parece que es una relación bastante madura pero más que nada de amistad y de amor a los hijos”, agregó.
Con la emoción a flor de piel, doña Verónica y su hijo salieron del encuentro con sus “paisanos” y fueron corriendo a buscar sus asientos dentro del coloso de La Sabana para el espectáculo.
Lucero y Mijares salieron al escenario al filo de las 7:30 de la noche, entre la euforia de un público que aclamaba a la pareja que, aunque con corazones separados, siguen encantando y seduciendo con sus dotes artísticos.