La vida sería muy aburrida si uno no intenta probar nuevas experiencias y, por eso, el sábado 24 de junio me mandé valiente a concursar en un particular reto de comida.
Era la primera vez que participaría en una prueba de este tipo y sin miedo me fui a Surfo’s Chicken, en Barva de Heredia, a un costado de la iglesia católica, para ser una de las concursantes del “Reto Comelones”.
¿En qué consiste? En comerse un entero y medio de arroz cantonés, dos piezas de pollo frito y un puñito papas a la francesa, en un lapso de 25 minutos. Si una persona se manda eso en ese tiempo, se lleva para su casa 30 mil colones.
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Días antes me comuniqué con los dueños del local y coordiné la visita. Ese día desayuné poquito y bien temprano: dos pedacitos de pan con natilla y, por supuesto, mi tacita de café, pero no almorcé porque sabía que la cosa se complicaría más.
Me citaron a las 2 de la tarde. Quería hacer historia en esta competencia tan singular, porque desde que comenzó solo había participado una mujer. Yo fui la segunda.
Solo para valientes
Surfo’s Chicken tiene una cocina abierta, por lo que se puede ver el momento de la preparación del casado chino, como llaman a la combinación de estos productos.
En cuestión de minutos todo estaba listo. Me llevaron a la mesa un gran plato de arroz, con las piecitas de pollo y las papitas. Tengo que confesar que cuando vi semejante plato de arroz casi me desmayo y ahí comencé a sospechar que no lo lograría, pero quién dijo miedo, estaba lista para entrarle.
₡8 mil cuesta inscribirse en el reto.
Todo se veía delicioso: el pollo es crujiente por fuera, no estaba seco por dentro y las papas tenían buen sabor. Con el arroz me devolví a la niñez y recordé cuando iba con mis papás a comer comida china. Un deleite al paladar.
Tenía 25 minutos para lograrlo. Uno de mis principales problemas es que le hago la cruz a la comida muy caliente, porque tengo “lengua de gato”, y eso me costó a la hora de empezar a comer.
Iba comiendo despacio, no me quería presionar, para luego no sentir que me llenaba muy rápido. El reloj corría y la gente que estaba dentro del local me veía con cara de asombro, preguntándose si lo lograría.
Ahí decidí darle oportunidad al pollo, porque para serles sinceros me encanta y no quería desaprovechar la oportunidad de comerlo recién hechito. Mientras comía iba tomando agua, a poquitos, y ya cuando sentía que ya no daba busqué salsa de tomate y mayonesa, agregué un poco a un puñito de papas y así cerré el reto.
Se completó el tiempo y no lo logré. Tengo que reconocer que este reto es para valientes, pero me gustó la experiencia y me llamó la atención que algunas personas se asombraban al ver que lo estaba intentando.
A Aldo Guerrero, el dueño del local, le recomendaría que, en cuanto pueda, busque ampliar el local, pues por un momento se hizo pequeño, debido a la gran cantidad de gente que había.
La pulsearon sin éxito
Así como yo lo intenté, otros tres muchachos se apuntaron al reto luego de mí. Gabriel Ochoa, José Daniel Carvajal y Johan Umaña la pulsearon, pero ninguno pudo completarlo.
Johan llegó desde Turrialba centro a intentarlo y fue el que más comió, pero le faltó tiempo para dejar su plato con arroz vacío.
“Vi el reto en TikTok y pensé que podía participar, porque a diario me como la misma cantidad de un entero de cantonés.
“Hace unas tres semanas vi el video, pero fue hasta la semana pasada que contacté al lugar para hacer el reto. Me gusta generar contenido y también quería la plata”, comentó.
El reto
Aldo Guerrero comentó que el reto inició en mayo, con el objetivo de promocionar el lugar.
El restaurante vende los platillos que ellos afirman son los más gustados por los ticos: el arroz cantonés y el pollo frito.
“Abrimos en octubre del año pasado y ya para enero nos íbamos consolidando. Ofrecemos el pollo, que es muy bueno y viene a competir con las grandes marcas, y decidimos hacer un arroz cantonés más clásico, con chorizo chino, frijol nacido, con esos ingredientes de antaño.
“La gente nos iba recomendando, pero pensamos en hacer algo más y de ahí nació la idea del reto, desde febrero comenzamos a darle mente y unos días lo hicimos con vecinos”, afirmó.
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El reto comenzó en mayo y a la fecha han participado unas 80 personas, pero solamente 3 han logrado completarlo. Al inicio cobraban 5 rojitos por inscribirse y ya luego, a modo de prueba y error, decidieron establecer el sábado como día para hacerlo y que quienes quisieran participar cancelan una cuota de 8 mil para inscribirse.
“La gente se puede llevar la comida si no termina el reto y decidimos que por día participen 20 personas como máximo. Los participantes tienen que ser mayores de edad y lo ideal es que reserven con anticipación”, destacó.
Los dueños del local prometieron que para el sábado 1° de julio aumentarían el premio a 50 mil colones.