Esteban Valdés, hijo de Ramón Valdés, el famosísimo “Don Ramón” en el Chavo del 8, reestrenó su libro “Con permisito, dijo Monchito”, donde cuenta la historia más íntima detrás del famoso actor.
Esta icónica frase pertenece a El Chavo del 8 y es que el personaje de Don Ramón la usaba cuando quería salir de una situación incómoda dentro de la vecindad. Pero, quizás, lo que no sabían era que cuando las cámaras se apagaban, Ramón Valdés la usaba en la casa que compartía con su familia.
“Con permisito dijo Monchito” es también el título que eligió su hijo, Esteban Valdés, para contarle al mundo, en un libro, la historia que pocos conocen y muchos se preguntaban acerca de su padre.
Esteban decidió escribir todo aquello que el mundo quería saber sobre su progenitor. Su libro, Con permisito dijo Monchito, responde a una gran interrogante: ¿cómo era Don Ramón cuando las cámaras dejaban de grabar y cómo fue su vida antes de ser famoso?
“Yo les cuento (en el libro) lo que Ramón Valdés tuvo que pasar en su vida cotidiana, con sus tres esposas y sus diez hijos, y las dificultades que enfrentó para ganarse la vida. Tiene muchas cosas muy emocionales y espirituales, lecciones de vida y valores”, aseguró a La Nación de Argentina.
Uno de los aspectos más importantes del libro es que se descubren cosas que la gente ni se imagina, como que el actor vivía cosas muy similares a las del personaje.
“Al principio, mi papá era un ser humano común y corriente que salía a la calle y nadie lo conocía. A veces, no tenía para pagar la renta en la vida real y no le alcanzaba para mantener a sus hijos. Tenía que trabajar como chofer, pintor y carpintero; entonces todos los oficios que hacía Don Ramón en El Chavo del 8 los había vivido en carne propia y es de lo que trabajaba para ganarse el pan de cada día”, reveló.
El libro pone el foco en quién fue Ramón Valdés antes de convertirse en Don Ramón, ese lado poco conocido que tanta curiosidad genera. A diferencia de lo que algunos podrían suponer, Esteban remarcó que el actor no hacía chistes todo el día. No obstante, sostuvo que era una persona muy cariñosa y afectiva con sus hijos, aunque a veces “obviamente, se enojaba”. Pese a eso, señaló: “Te mostraba el amor. Fue un padre muy amoroso”.
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El Chavo del 8 lo cambió todo
La fama le tocó la puerta a Ramón Valdés después de los 40 años. Tras el estreno de El Chavo del 8, su popularidad escaló de manera descomunal. Si bien Esteban aseguró que su padre “atendía muy amablemente a todos” y firmaba autógrafos siempre, a veces se cruzaban los límites
“Algunos compañeros de mi papá cuentan que una vez en un avión un niño le dio una cachetada cuando él estaba dormido. El padre del niño dijo ‘es que mi hijo quería saber si le duelen las cachetadas que le da doña Florinda’. Y ahí mi papá sí se molestó. Pero, fuera de eso, fue amable y paciente sobre todo”.
Aunque el actor llegó a experimentar en carne propia el éxito, hoy, 36 años después de su muerte, sigue más vigente que nunca y es el protagonista de memes, videos de TikTok y estampas de remeras.
“La gente sigue teniéndolo como un modelo de padre, de rebeldía, de que puedes ser feliz aunque no tengas para pagar la renta”, reflexionó su hijo.
El escritor remarcó que su libro está lleno de imágenes de diversos artistas latinoamericanos, quienes retrataron a su padre a lo largo del tiempo, como parte del legado que dejó su personaje.
“Si viviera, creo que estaría encantado de verlo. Si nosotros estamos felices, él seguramente estaría feliz también”.
Otra cosa que superó la ficción, fue la relación del actor con María Antonieta de Las Nieves, actriz que le dio vida a su hija.
“Mi papá la veía como hija y ella lo veía como papá, así literal. Cuando ella se casó al que invitó como testigo de su boda fue a mi papá, o sea, su ‘papá'”. Esta unión que formaron perduró en el tiempo y hoy él y sus hermanas están en contacto permanente con la intérprete mexicana.
En el libro, además de contar la historia detrás del personaje, terminó con una de las polémicas más grandes del Chavo del 8, los problemas entres sus estrellas.
“Nunca tuvo conflictos con nadie, menos con Roberto Gómez Bolaños. Se despidió cuando decidió dejar de trabajar con él y no fue por una pelea, ni por derechos. Ya no estaba disfrutando tanto y tenía otros planes”, aclaró.
Hoy Esteban Valdés es quien mantiene viva la memoria del querido Don Ramón, del personaje y también del actor.
“La gente me ve y sabe quién soy, quién fue mi papá y, a veces, hasta me abraza y llora. Me dicen ‘qué bueno que estés manteniendo el legado de tu papá’, y yo les digo que no, que aunque no lo hubiera escrito, el legado de mi papá estaría ahí y va a seguir”, concluyó.