Usualmente, las personas están acostumbradas a ver a Julio Solís alegrando las mañanas en La Revista, de Multimedios, o escucharlo por las tardes en la radio La Caliente (90.7 fm). Sin embargo, desde que tenía 12 años, este presentador y locutor también tiene otra faceta que le apasiona.
Se trata de las mascaradas, una tradición de la que se enamoró desde muy pequeño.
“Hace años canal 13 realizaba unas transmisiones especiales el 31 de octubre, Día Nacional de la Mascarada, donde conversábamos de esta hermosa tradición. Para ese entonces yo ya estaba super envuelto en ese mundo, desde que era niño iba con mi hermano a las fiestas patronales e incluso había hecho mis primeras máscaras”, dijo el presentador.
“Ahí mismo estuve como presentador invitado. En ese momento, por primera vez en mi vida, se combinaron mis dos pasiones (los medios de comunicación y las mascaradas), después de eso me comenzó a gustar todo, me sentí muy cómodo y opte por averiguar más”, agregó.
Después de eso se le presentaron varias oportunidades en la radio para hablar de la misma tradición.
“En ese momento, puedo decir, que me comenzó a gustar muchísimo esto de transmitir mensajes a las personas”, confesó el locutor.
Julio comenzó a estudiar un curso de animación para televisión y radio, mismo que pudo costear gracias a su talento de fabricar máscaras. Estando ahí logró ganarse un espacio para hacer un casting de televisión.
“Mis profes me vieron chispa y me animaron, así fue como tuve mi primer experiencia como presentador en Extra tv, en una revista matutina”, mecionó.
El presentador, de 30 años, acumula experiencias maravillosas gracias al “don” de comunicar, pero el gusto por las mascaradas también le ha dado la posibilidad de viajar fuera de nuestras fronteras, representando a Costa Rica en diferentes festivales.
Eso sí, desde que llegó a Multimedios, el vecino de Santa Ana ha bajado revoluciones con el tema de las las mascaradas. Eso le provoca cierta nostalgia, pero aun así no pierde la espinita que lo impulsa a crear nuevas creaciones.
También recuerda con cariño un detalle que le dieron sus papás un 24 de diciembre. “Empecé haciéndolas con cajas de cartón, pinturas de agua y las adornaba con lo que sea, de pequeño me hice unas mascaradas de cajas y las saqué por todo el barrio con mis amiguitos”.
“Mis papás, al ver eso, para una Navidad cambiaron un VHS (antiguo reproductor de videos) con el mascarero del pueblo. Ellos querían que me hiciera una máscara de verdad. Recuerdo que fui el más feliz, me cambió la vida”, afirmó.
Con el pasar de los años y profundizar más en el tema de las máscaras, Solís descubrió nuevas técnicas, lo que lo llevó a perfeccionar sus habilidades.
“Cuando quise profundizar más en la técnica, me di cuenta que las máscaras eran de vidrio y resina. Entonces le pedí ayuda a uno de los mascareros del pueblo, que de hecho es el mismo de VHS, pero no quiso enseñarme porque después le quitaba el negocio (risas). Sin embargo, viéndolo a él trabajar empecé y me dije: ‘echando a perder se aprende’”, recordó Solís.
En el caso de Solís, lo de las mascaradas no es una tradición familiar. En realidad, Julio afirma que fue algo que nació desde lo más profundo de sus pasiones.
Julio, ¿cómo se hace una máscara?
Para hacer una máscara hay que hacer el molde en arcilla, después se forra en fibra de vidrio que es la materia prima para poder hacerlas. Cuando se seca toda la fibra de vidrio se saca la arcilla, se pule, se le comienzan a dar acabados más detallados con pasta hasta que la máscara ya está lista para pintar
“En ese proceso, dependiendo la máscara, se puede durar de una semana hasta 15 días invirtiendo un rato todos los días”,
Sin duda, hacer estas artesanías cambió la vida del presentador de La Revista, pues le permitió sostenerse económicamente por aproximadamente diez años y costearse los estudios. Cada máscara puede rondar entre los ¢150.000 y los ¢250.000, sin embargo, hay piezas que se quedarán con él por siempre.
“Tengo una colección de 30 máscaras, dos gigantes españoles que miden 4 metros, los cuales lleve a España. También tengo otras pequeñitas, que tienen un valor especial para mí.
“Me llena todo el proceso, desde crearlas hasta ya verlas cuando las andan bailando por la calle. Pero lo que más me encanta, y se me queman los pies siempre (risas), es por bailarlas yo mismo. Me gusta llevarlas para algunas fiestas patronales.
“Normalmente, los 25 de julio son las fiestas patronales de Santa Ana y me gusta llevar mis bebés para disfrutar o si hay otras fiestas por aquí cerca las monto en el carro y vámonos”, añadió.
Solís agradece a Dios y a la vida por brindarle este talento, con el cual ha logrado realizar sus sueños.
Así celebramos ser el nuevo símbolo nacional de 🇨🇷🎺🥁🎭🥳 Julio Solís CR🙋🏽♂️
Posted by Mascarada Santana Y Su Cimarrona on Tuesday, May 24, 2022