Jerry Springer, polémico presentador estadounidense de programas de entrevistas y exalcalde de Cincinnati, murió la mañana del jueves 27 de abril. Tenía 79 años.
Según un comunicado de la familia, Springer “murió en paz en su casa en los suburbios de Chicago”.
Hace unos meses, al presentador le habían sido diagnosticado un cáncer de páncreas. Tras descompensarse, falleció en su hogar.
A lo largo de su trayectoria, Springer se convirtió en una de las figuras más influyentes y polémicas de la historia de la televisión estadounidense gracias a The Jerry Springer Show, siendo referencia para muchos otros formatos que vendrían siguiendo su receta.
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“La capacidad de Jerry para conectarse con la gente fue la base de su éxito en todo lo que intentó, ya fuera política, transmisiones o simplemente bromear con la gente en la calle que quería una foto o una palabra”, dijo Jene Galvin, vocera de la familia y amiga, tras el deceso del presentador.
Particular personaje
Durante 27 años, Springer estuvo al frente de su exitoso programa de entrevistas llamado The Jerry Springer Show, que dio de qué hablar por sus escandalosos invitados, pleitos, gritos y hasta golpes con sillas.
Springer llamó a su show “entretenimiento escapista”, mientras que otros vieron el programa como una afectación a los valores sociales estadounidenses, además de ser tachado como amarillista.
Después de más de 4.000 episodios, el show terminó en el 2018, sin alejarse nunca de su esencia ácida: algunos de sus últimos episodios tenían títulos escandalosos como “una estríper me hizo hetero” y “follando con mi terapeuta”.
En su perfil de Twitter, Springer se declaró a sí mismo en broma como “presentador de programas de entrevistas y maestro de ceremonias del fin de la civilización”.
También le decía al público en casa, con ironía, que su deseo era “que nunca estés en mi programa”.
Cuando su programa se acercaba a los 7 millones de espectadores a finales de la década de 1990, Springer expresó que la televisión no tenía por qué ser solemne.
“La televisión no crea ni debe crear valores, es simplemente una imagen de todo lo que está ahí afuera: lo bueno, lo malo, lo feo”, explicó Springer en uno de sus programas.
“Créanlo: los políticos y las empresas que buscan controlar lo que cada uno de nosotros puede ver en TV es un peligro mucho mayor para Estados Unidos y nuestra preciada libertad de lo que cualquiera de nuestros invitados haya sido o pueda ser”, dijo en su momento.
Más allá de la tevé
Fuera de su famoso programa de televisión, Springer también era conocido por su carrera política.
Ingresó a ese mundo con una campaña fallida para llegar al Congreso en 1970. Fue elegido para el Consejo de Cincinnati al año siguiente, pero renunció tres años después en un escándalo sexual en el norte de Kentucky. Luego fue reelegido un año después y llegó a desempeñarse como alcalde número 56 de Cincinnati en 1977.
Su único intento de ocupar un cargo más alto se produjo en 1982, cuando se presentó a la nominación demócrata para gobernador de Ohio y perdió.
Después de eso, dejó la carrera de candidato político y se dedicó de lleno a ser presentador y alcanzar la fama como The Jerry Springer Show, que comenzó en 1991.
En sus últimos años, Springer se enfocó en desarrollar su proyecto personal The Jerry Springer Podcast, donde también mostró su lado más controversial y ácido.