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El periodista y narrador deportivo Harrick Mc Lean cumplió 33 años en Radio Monumental, donde ha vivido algunas de las experiencias más significativas de su vida.
En enero de este 2025 se cumplieron 33 años desde que su amigo y colega Everardo Herrera le dio la oportunidad de llegar a la empresa que lo ha visto crecer y convertirse en un referente del periodismo deportivo del país.
“Lo mejor de todo ha sido la constancia, yo creo que tiene que ser la constancia, el hecho de estar tanto tiempo ahí peleando un campo, peleando, que contra grandes monstruos como Mario Mc Gregor, como Everardo, quien me llevó, pero grandes figuras que jamás imaginé que yo pudiera llegar a donde están ellos. Me parece que eso quizás puede ser lo más trascendental”, nos contó.
Durante todos estos años para él lo más difícil ha sido vivir las diferentes etapas de la empresa, y es que ha tenido que ver como muchos de sus colegas y amigos, salen de Monumental, situación que se suma a las carreras del día a día que la gente ni se imagina que existen cuando lo escucha narrando un partido de fútbol.
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“Hubo una cobertura que nos costó mucho, fue una vez que nos cortaron la línea en Trinidad y Tobago. Faltaba una hora para el partido, que era a las 11 de la mañana. Entonces, tuvimos que salir corriendo a una ferretería, y comprar 150 metros de cable, empezar a tirar el cable hasta el estadio que estaba llenísimo, por debajo de la gradería había barro, orines y tuvimos que pasar por todo eso hasta llegar a la cabina para poder poner esa línea y pegarla. Yo creo que eso ha sido lo más difícil”, recordó.
A cómo ha pasado situaciones como esas, llenas de contratiempos, también recuerda con cariño una transmisión que para él lo cambió todo, el famoso Aztecazo.
“Mi carrera se marca con el Aztecazo, porque en esa época Columbia era la emisora más fuerte, Mc Gregor venía saliendo del infarto y recuerdo que Columbia y Radio Reloj cogieron las cabinas uno y dos, y nos mandaron a la tercera que estaba con todos los medios mexicanos. Me hicieron un bien porque Costa Rica ganó 1 a 2 y todos los medios televisivos sacaban mis goles y yo no era en ese momento la gran figura del periodismo. Pero la forma en que canté el gol salió en todos los canales y me ayudó a convertirme en lo que soy”, relató.
Las criticas y los sacrificios lo han acompañado toda la vida
A pesar de que con los años ha logrado convertirse en uno de los referentes del periodismo, a punta de trabajo y de adaptación a la tecnología, siempre ha recibido muchas críticas; por ejemplo, ser liguista le ha salido caro.
“Yo me he mantenido, me he acomodado a las circunstancias, me he adaptado a los cambios. Hay gente a la que le gusta, y mucha gente a la que no le gusta y lo madrea a uno, esto es así. Antes me enojaba y contestaba todas las publicaciones, pero nombres, eso es un desgaste, que voy a estar contestando al primer idiota que me responde, porque me dice que soy muy malo, eso no me define”.
Él ahora tiene claro que no le importa todo lo que digan mientras tenga su conciencia tranquila y es que la mayoría lo juzga sin bases ni argumentos.
“Si a alguien no le gusta como narro, es problema de cada quien, no me quita el sueño, y la experiencia me ha dado la calma. Ahora, por dicha, tengo muchachos jóvenes que le ayudan a uno; a veces, no sé nada y ellos me explican, como Daniel Matamoros. Parece mentira, pero yo no sabía subir un post en Instagram y él me explicó”, confiesa.
Algo que siempre recordará con cariño es como sus hijos han sido parte de su profesión desde muy niños, porque a veces, llevarlos a trabajar era la única opción de pasar tiempo con ellos, pues en su trabajo no hay fin de semana libre.
“Ellos tenían nueve y once años y los dos andaban conmigo en los estadios todos los fines de semana. Sofía se acaba de graduar de ingeniera en sistemas y Harrick es periodista y para poder salir con ellos, los domingos íbamos al estadio, y luego íbamos a comer, y los lunes me ayudaban en un programa que tenía en la mañana. Era la única forma de poder salir a comer un helado y compartir”, reveló.
Mc Lean espera poder llevar su voz a los hogares costarricenses por muchos años más, hasta que su cuerpo se lo permita, mientras tanto disfruta el día a día y trabaja por mejorar sin importar lo que digan los demás.
