La boxeadora argelina Imane Khelif protagoniza la polémica más grande de los Juegos Olímpicos de París 2024 tras vencer a su colega italiana en 46 segundos de combate.
El escándalo saltó porque la boxeadora argelina la acusan de ser una mujer transgénero por una prueba de ADN que en el resultado arrojó la presencia de cromosomas XY (de hombre), no solo X (de las mujeres).
Imane Khelif fue descalificada del Campeonato Mundial de Boxeo Femenil Amateur tras no pasar las pruebas de género en las que se evidenciaron altos niveles de testosterona. De hecho, una ministra de Italia afirmó que la competidora era transgénero y se basó en su apariencia y los resultados de las pruebas.
La boxeadora, de 24 años de edad, siempre ha tenido el mismo problema en las competencias que afronta, ya que su aspecto físico hace pensar que es un hombre transgénero.
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Sin embargo, la argelina sería una mujer cisgénero intersexual, caso similar al de la sudafricana Caster Semenya, quien también tiene cromosomas XY en su ADN (siendo mujer) y sigue una larga batalla en los tribunales tras los oros conquistados en la prueba de 800 metros en Londres 2012 y Río 2016.
Ella dijo hace algunos meses que, desde su nacimiento, presenta niveles altos de testosterona y que el aspecto físico le ha provocado mucho bullying y ha recibido comentarios despectivos en su vida personal.
“Frecuentemente, me hacían bullying por mi apariencia, pero me resistí y seguí luchando a pesar de todo. Participé en muchos torneos y no hubo problemas, pero cuando mis oportunidades de ganar la medalla de oro se volvieron altas, vinieron y lo evitaron; justificándose en que mis cualificaciones son mayores a las cualificaciones del resto de las mujeres”.
Actualmente, es una de las embajadoras de UNICEF donde lucha por los derechos de muchos niños y niñas que sufren casos similares al suyo.