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Las autoridades hablaron este lunes 5 de junio sobre la situación con respecto a las erupciones del volcán Rincón de la Vieja, el cual anda bien malcriado y tiene a más de uno con la peluca parada ante la posibilidad de que se mande una erupción con lava.
El volcán se ubica en el Área de Conservación de Guanacaste, a una hora del aeropuerto de Liberia.
El vulcanólogo Mauricio Mora, de la Red Sismológica Nacional, aseguró que este coloso mantiene actividad desde mediados de siglo XIX y que en los años 60 hubo una erupción importante, la situación también se puso “movida” en los años 1990, para ese momento los expertos contaban con mejores instrumentos y lo que ocurrió en aquella oportunidad es muy parecido a lo que se está viviendo en este 2023.
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El Rincón de la Vieja ha tenido dos fases eruptivas, una en el 2011 y otra en noviembre del 2022, todas con erupciones similares.
Javier Pacheco, del Observatorio Vulcanológico Nacional (Oviscori), aseguró que en mayo de este año se dieron 58 erupciones, siete moderadas a más de 500 metros de altura, con un radio de dispersión de materiales de hasta menos de dos kilómetros.
En el 2020 se registraron 1.200 erupciones y los parámetros son muy parecidos a los de este año, por lo que se espera una situación parecida.
Sin embargo, los expertos aseguran que aunque la actividad es constante, con lo que han podido estudiar todos estos años y a como se ve el panorama, ellos no esperan una erupción con salida de lava, por lo menos por el momento. La conducta del coloso es la misma de los últimos cinco años.
La nueva fase eruptiva del volcán empezó en noviembre pasado.
Alejandro Picado Eduarte, presidente de la CNE, aseguró que ellos mantienen un constante monitoreo de la actividad volcánica, y que incluso actualizaron el mapa de riesgo volcánico.
Para la CNE es vital que la gente entienda que no debe ingresar al cráter del volcán porque ante una emergencia se podría dar una tragedia, además, aunque parece que todo está “bajo control”, en otros países ha ocurrido que un volcán se jala un tortón y termina en tragedia con varias víctimas mortales.
“A la gente le gusta ir a ver cómo bajan los lahares (materiales volcánicos) por los ríos que están cerca cuando llueve, eso es peligroso y muy irresponsable, el lahar puede cambiar de volumen en cualquier momento”, dijo Picado.
Las comunidades más cercanas al coloso, Buenos Aires, Dos Ríos, Gavilán, Manzanares, Argelia, San Luis y Birmania, están capacitadas ante una eventual emergencia.
“Las personas que llegan a hacer turismo en la zona es importante que respeten las advertencias”, añadió Picado.
