Su único objetivo es ayudar y apoyar en distintos tipos de emergencias, para eso hasta piden permiso en sus trabajos, utilizan sus propios carros y combustible y dan lo mejor en cada llamado. Hablamos de los voluntarios del grupo Rescate Urbano Costa Rica.
Sus camisas rojas de manga larga son su sello característico.
El pasado 9 de agosto, por poner un ejemplo cercano, participaron en la búsqueda de dos turistas que murieron al caer en una catarata en Providencia de Dota. Allí apoyaron a la Cruz Roja, Fuerza Pública y Bomberos.
El suceso ocurrió cuando cuatro extranjeros cayeron al agua y solo dos lograron salir. En esa ocasión, durante dos días, se mantuvieron apoyando, hasta que lograron darle paz a las familias de los turistas encontrando los cuerpos.
Héctor Blanco, director de Rescate Urbano Costa Rica, nos contó que el grupo inició en el 2016, con seis personas que pertenecían a distintas instituciones y querían seguir entrenando en esas labores de auxilio, todas de la zona de Los Santos.
“Empezamos a dar capacitaciones y con eso logramos comprar equipo, el grupo empezó a crecer y pasamos de seis a 12 voluntarios. La gente nos empezó a ver más y también ya con ese equipo pudimos ayudar a Cruz Roja, Bomberos y Fuerza Pública”, dijo Blanco.
Además, los vecinos de distintas comunidades de la zona de Los Santos empezaron a interesarse mucho en el grupo y en su trabajo.
Eso sí, el nombre vino un poco después. La cosa es que su líder colaboró como rescatista en el terremoto de México de 2017 y allá encontró a Rescate Urbano México, entonces quiso replicarlo en Costa Rica.
Con poco
Blanco nos contó que cuando empezaron fue con muy pocos equipos, casi los de uso personal de cada uno, juntaban las cuerdas de todos, los arnés y los cascos de protección. Ahora más bien andan buscando una bodega más grande para guardar todo porque hasta tienen un remolque.
“La intención del grupo es crear procedimientos y generar capacidades de respuesta médica. En el grupo hay ingenieros, socorristas, policías, amas de casa, paramédicos, técnicos en emergencias médicas, agricultores y gente de la comunidad que se empezó a preparar para atención de emergencias, primeros auxilios, rescate vertical, rescate en estructuras colapsadas, aguas rápidas y zanjas, buceo y también se capacitaron en reanimación pulmonar. Hoy contamos con 80 personas, contamos con equipo para atender todo tipo de emergencias”, dijo el rescatista.
En el grupo hay mujeres y hombres, además participan personas con situaciones especiales, eso los hace inclusivos.
Algunos se encargan del apoyo logístico, otros de la alimentación y, claro, de la parte operativa. El grupo cuenta con instructores certificados a nivel de emergencias.
Ahorita, incluso, hay 16 jóvenes que están conformando un equipo de montaña para búsquedas. Para eso reciben cursos de montañismo y cartografía.
También han sido preparados en comando de incidentes, con becas de los Estados Unidos, y 22 se formaron como bomberos forestales, con apoyo del Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac).
La Comisión Nacional de Emergencias (CNE) también los ha capacitado, pues ellos colaboran con los comités locales de emergencias.
“Somos un grupo de voluntarios en apoyo a instituciones del país. Hemos recibido solicitud de apoyo del Poder Judicial, como en el caso de Allison Bonilla, ocurrido en Cartago, esto porque contamos con equipo de cuerdas y de alta tecnología para rescates verticales. También participamos en la búsqueda de un estadounidense en Tarrazú el pasado 7 de julio, búsquedas en el Chirripó, una persona extraviada en San Gerardo de Rivas, y algunas colaboraciones en Acosta y Aserrí, este año hemos estado en 42 emergencias”, comentó Blanco.
LEA MÁS: Buscan a hombre que salió a caminar y nunca regresó a su casa en León Cortés
El grupo, al ser de la zona de Los Santos, ha dado capacitaciones en primeros auxilios en escuelas y colegios del lugar, pero ahorita tienen voluntarios en muchos lugares.
“Tenemos una parte social, en la que prestamos sillas de ruedas o camas especiales a personas de escasos recursos”, detalló.
LEA MÁS: Basquetbolista estadounidense vino a despejarse a suelo tico y se desapareció
Estos valientes se reúnen una o dos veces al mes para conversar y entrenar. Cada cierto tiempo el grupo hace pruebas para recibir nuevos voluntarios.
Blanco nos contó que se financian por medio de las capacitaciones que dan empresas pues ellos pueden dar cursos de manejo de brigadas, de atención de emergencia, de rescate vertical y de espacios confinados, todos son certificados por Rescate Urbano. También trabajan en la cobertura de algunos eventos y realizan chicharronadas, esto sobre todo para pagar las pólizas de riesgo de los voluntarios.
“Muchas de estas personas están en sus trabajos, suspenden su día laboral en una construcción o supermercado para brindar colaboración, cada uno en su carro, ellos ponen la gasolina de recursos propios, es de admirar su espíritu de servicio”, dijo el líder, quien recordó que el primer caso en que trabajaron como grupo fue para la tormenta Nate en el 2017.
“Nosotros no cobramos por la atención de las emergencias, lo hacemos de manera autosuficiente y ad honorem para apoyar las labores de búsqueda, nuestra intención es seguir especializándonos y nunca ser un cargo para las comunidades afectadas sino llegar con todo el equipo de trabajo y ojalá poder crear grupos en otras comunidades más allá de la zona de Los Santos”.
Héctor asegura que cada caso que han atendido les ha dejado una enseñanza muy distinta, las cuales atesoran y les ayuda para ser mejores.
Si usted desea recibir algún curso de los que da Rescate Urbano, los puede contactar al teléfono 8826-8679.