Los visitantes del cerro Chirripó ahora deberán llevar un pito de buena calidad que será de gran ayuda en caso de perderse o sufrir un accidente en el pico más alto del país.

Esta es una las nuevas medidas que está implementando el Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac), luego del extravío y muerte de Marialis Blanco Vega, ella se perdió el 4 de mayo y fue hallada sin vida cuatro días después en el sendero de Ventisqueros, en Chirripó.

Rónald Chan, director regional del Área de Conservación La Amistad, explicó que llevar un pito es parte de las medidas que están tomando con el fin de ofrecerle a los visitantes mayor seguridad.

“Una vida humana no tiene precio, es importante que en el Chirripó podamos darles una experiencia mucho más segura junto con las maravillas naturales”, señaló.

Chan explicó que las condiciones del clima en el Chirripó hacen que las personas al estar gritando para pedir ayuda quede afónica en cuestión de tres o dos horas, mientras que con un silbato pueden pedir auxilio de manera constante y el sonido ser escuchado por los rescatistas.

“Este es un plan piloto en el que estamos pidiendo a los visitantes que aparte del equipaje traigan un silbato personal, próximamente es muy probable que se exija de manera obligatoria”, dijo Chan.

El sonido del pito no solo servirá si alguien se pierde, también ayudará para alertar una caída o una descompensación.

Lo más importante es tener un pito de buena calidad, por ejemplo, los que usan los árbitros y no llevar uno de piñata.

“Lo importante es que sea un silbato de buen sonido”, dijo.

El rescatista de montaña José Gerardo Campos, explicó que existen muchos tipos de pitos, incluso hasta los que se pueden meter en agua y siguen funcionando, recomienda comprar un silbato de montaña, agregó que además es importante llevar foco y una cobija térmica.

Otras medidas

Los pitos se van a unir a una serie de medidas que ya están ejecutando, por ejemplo, están estudiando si vale la pena comprar brazaletes satelitales para darle uno a cada visitante.

Además, desde el 12 de mayo colocaron 80 mojones en las partes altas, están sobre una base de cemento, son de hierro y tienen cintas reflectivas, estas le permitirán a las personas orientarse siempre y cuando lleven un foco.

En el Sinac demarcaron las partes que presentan más problemas por el clima o la topografía; pero en una segunda etapa se prevé que desde que se sale del albergue de base Crestones habrá mojones cada 100 metros, en cada sendero.

“Cuando el turista tenga condiciones de neblina, lluvia extrema, la topografía o eventualmente le tome la noche o la madrugada, aunque no es recomendable andar a esas horas, pero por algún tema se tardó, con esos mojones va a tener visibilidad, si anda algo que alumbre”, explicó Chan.

Algunos de estos están en el valle Los Conejos, Laguna San Juan y base Crestones.

“Estos mojones están georeferenciados, significa que todos están en una plataforma que permite que las personas con cualquier celular o reloj inteligente pueden bajar esas ubicaciones por GPS y ver en tiempo real por donde va el sendero y si se diera un extravío pueden ubicarse al bajar los puntos”, sostuvo.

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Chan afirmó que antes de que llegara la pandemia recibían alrededor de 13.000 turistas al año y en los últimos 10 años han ocurrido cuatro extravíos en la parte más alta del país: un muchacho que nunca apareció, dos que fueron hallados con vida y el último caso fue el de Marialis Blanco.

“Los incidentes por extravíos son muy bajos, pero ya sea uno que podamos prevenir, principalmente en el caminante inexperto, porque no sabemos si la persona se distrajo, se sintió mal como mareos, visión borrosa, pudo haberse salido del sendero y pueden extraviarse.

“Entendimos que el Chirripó tiene que ser seguro hasta para la persona que nunca ha caminado en montaña. Aprendimos la lección de que tenemos que generar una ruta muy segura independiente de la experiencia que pueda tener un caminante”, aseguró Chan.