Francisco Talavera Castillo, de 21 años, manejaba la moto. Iba sobre el tanque, pegado a la manivela; detrás viajaba su esposa Marisol Jarquín Morales, de 19. En medio de ellos la bebita Melany, de 2 añitos. Agarrada de Marisol seguía su mamá, doña Rosa Emilia Jarquín, y agarrada de la señora, otra hija Ana Jarquín, hermana de Marisol.

Los cinco salieron hacia La Marina a visitar a la nuera de doña Rosa Emilia, cuñada de Marisol y Ana, pero cuando circulaban por la carretera que comunica San José con Limón (ruta 32), en una curva ubicada a 800 metros del cruce de La Unión, en Guápiles de Pococí, surgió la tragedia.

Francisco, Marisol y la bebita perdieron la vida cuando la moto chocó de frente contra otra motocicleta que invadió el carril. Tras el impacto pegaron contra un carro que pasaba en el trágico momento. Doña Rosa Emilia Jarquín y su hija Ana quedaron heridas.

Y fue así, de forma violenta, que la historia de amor entre Francisco y Marisol, la cual comenzó desde niños, se terminó.

Aunque cuesta comprender cómo cuatro adultos, con una bebita, pueden montarse en una moto, las autoridades nos confirmaron que así fue.

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Talavera falleció de forma inmediata, mientras que su esposa y su bebita fueron llevadas al hospital Calderón Guardia y al de Niños. Ambas perdieron la batalla el viernes, confirmó el OIJ.

Ana está internada en el hospital Tony Facio, de Limón, y la mamá ya está en la casa.

El otro motociclista involucrado, de apellido Barboza, está en el hospital Calderón Guardia.

Siempre enamorados

José Ángel Jarquín, tío de Marisol, contó que enterarse de lo ocurrido fue muy doloroso para él, pues amaba mucho a su sobrina, incluso la veía como si fuera su propia hija.

“Para mí era una excelente sobrina, la criamos juntos (con la mamá de ella), pasamos momentos muy lindos desde que era una chiquita.

“Con el carajillo (Talavera) también, porque yo lo conocía desde que él tenía como ocho años y a la bebé, que también era como mi sobrinita, la amaba mucho, no tengo palabras para describir el dolor que siento”, destacó el tío.

Jarquín contó que su sobrina y Francisco se enamoraron a primera vista y desde que eran unos niños se volvieron inseparables.

“Ellos se amaban muchísimo, desde que eran chiquillos, tuvieron una historia muy bonita, porque cuando tenían como diez años se conocieron en la escuela y se enamoraron.

Los dos vivían en Nicaragua pero ella se vino con la familia para Costa Rica y al poco tiempo él también, luego decidieron casarse, fue algo muy bonito eso”.

Producto de ese amor, el 14 de agosto del 2018 nació la pequeña Melany, por lo que el 8 de diciembre de ese año la pareja decidió casarse.

“La bebita era el corazón de los dos, no dejaban que ni la tocara ni un zacate, cuando llegaban allá a barra de Colorado, donde vivo, era una alegría grandísima. Para mí eran unos padres excepcionales, además los dos les servían a Dios”, añadió el tío.

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Jarquín contó que Francisco estaba trabajando en las labores de ampliación de la ruta 32, mientras que su sobrina era ama de casa. Ellos vivían en la localidad de río Costa Rica, en Guápiles.

Iban de visita

En cuanto al fatal accidente, José Ángel dijo que no conocía bien los detalles, solo sabía que los cinco salieron en la motocicleta para hacer una visita.

“Mi hermana tenía comunicación con una nuera de ella que vivía ahí en La Marina, entonces ellos andaban visitándola y lamentablemente sucedió lo que no tenía que suceder”.

Trascendió que, en apariencia, la mujer a la que iban a visitar fue atropellada hace unos 15 días cerca del lugar donde ocurrió el accidente en el que murió la familia.

José Ángel contó que su otra sobrina aún esta internada en el hospital de Limón, pues la tuvieron que operar debido a las fracturas que sufrió en sus piernas y en uno de sus brazos.

“Mi hermana gracias a Dios ya salió del hospital, pero todavía está recuperándose. Ella quedó inconsciente por el choque y fue hasta que salió del hospital que le contamos (sobre la muerte de la familia)”, dijo.

Necesitan ayuda

Este sábado los cuerpos de Francisco, Marisol y Melany le fueron entregados al tío, quien contó que aún necesitan de mucha ayuda para darles el último adiós como se lo merecen.

“Tenemos una deuda de ¢150 mil por un plan funerario con dos ataúdes, todavía faltaba pagar ese dinero para que nos dieran las cajitas.

“También necesitamos ayuda para que el resto de la familia, que vive en barra de Colorado, pueda viajar hasta aquí (río Costa Rica) para el funeral de ellos”.

Jarquín dijo que ellos tienen la intención de que los funerales se realicen este domingo en el cementerio de Guápiles.