A la rea María José Murcia todavía le cuesta creer que hizo un dúo con la espectacular cantante Mónica Naranjo.
La española vino al país en junio para participar en la Marcha de la Diversidad, pero antes fue a darse una vueltica a la cárcel Vilma Curling Rivera, más conocida como el Buen Pastor.
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“Yo sabía que Mónica iba a venir y me puse a practicar para ver cuál canción de ella iba a cantar porque me dijeron que darían la oportunidad. Cuando llegó se le preguntó al manager de ella que si sería posible que ella cantara conmigo, pero él dijo que no creía porque ella no cantaba con nadie.
“Yo empecé a cantar, saqué un micrófono de la bolsa y se lo di, ella sin pensarlo dos veces lo agarró y cantó increíblemente. Yo no lo creía, todavía no lo creo”, recordó con una sonrisa la privada de libertad.
El don del canto que tiene Murcia se ha convertido en su as bajo la manga para hacerle frente a la condena de 24 años por tentativa de homicidio y robo agravado que lleva sobre su espalda, la cual comenzó a cumplirla el año pasado.
Ella dice que antes de caer presa sabía que tenía buena voz, pero fue hasta que le quitaron la libertad que empezó a sacarle provecho a su talento.
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“El canto es como un escape para mí, aquí en la cárcel lo solté, siento que esto es lo mío. Ahora estoy dirigiendo el coro del centro, nos presentamos aquí, vamos a otros penales y hasta hemos ido al teatro Melico Salazar.
“Tenemos programada una salida en diciembre a una escuela, para cantar villancicos y ya estamos montando el repertorio. Somos quince en el grupo y ensayamos entre tres y cuatro veces a la semana, en las tardes”, dijo con ilusión María José.
Pero el coro no es lo único que mantiene ocupada a la reclusa, ella aprovecha el tiempo sacando el colegio, participando en un grupo de folclor y además en las mañanas se faja limpiando y acomodando unos archiveros y por ese trabajito hasta le dan una platica para que se ayude con sus gastos.
Murcia reconoce que el estar ocupada le hace bien, ya que no le da tiempo para pensar en las cosas negativas que abundan en las cárceles.
Complicada convivencia
La rea dice que lo más complicado de estar privada de libertad es lidiar a diario con las demás presas.
“Yo tengo como año y medio de estar aquí y lo más difícil es la población. Yo le ayudo mucho al penal, cuando me ocupan canto y para muchas eso ya es ser sapo, entonces algunas personas no me quieren, se meten mucho en mi vida la verdad”, relató.
“Cuesta bastante dormir en la cárcel, hay que ser como malo para poder encajar con la población porque si uno no tiene jacha, no lo respetan. Hay que ser rudo”, agregó.
Murcia contó que el año pasado tuvo problemas en el módulo en que estaba y hasta la golpearon, por lo que tuvieron que cambiarla de celda, pero dice que ya la cosa está mejor.
Normalmente María José se despierta a las 6 de la mañana para el recuento que hacen los penitenciarios y espera que sean las 6:10 a. m. para hacer la llamada diaria a su mamá.
“Yo la llamo todos los días, solo los domingos no porque ella va a la iglesia. Mi mamá siempre me dice que me ama y me pide que me porte bien, me permiten hablar con ella diez minutos nada más.
“Si no la llamo un día se enoja y al día siguiente me pregunta que porqué no la llamé, ella es única, es la mejor”, añadió.
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Luego de la llamada Murcia va a saludar a su novia Joselyn, pero lo hace por medio de un conducto de aire, porque ella está en otro módulo.
A las 7:30 a. m. se pone a trabajar en el cuarto donde están los archiveros y luego, si le da tiempo, va a que le descarguen canciones para montarlas para el coro.
Después se va para el módulo a almorzar y a las 12:30 p. m. empieza el ensayo de canto con sus compañeras del coro. A las 4 de la tarde debe regresar a su celda hasta el día siguiente.
Familia es vital
La rea dice que el saber que su mamá, doña María Torres, la apoya es muy importante para ella.
“Ella viene a visitarme, mis hermanos también. Unas amigas vinieron hace poco también, hasta unas ex llegaron por aquí. Cuando se está preso uno se da cuenta de quiénes son los amigos de verdad y yo me he dado cuenta de que tengo gente que me quiere y me apoya”, contó.
Murcia sabe que apenas está en los primeros pasos de su larga condena por lo que salir de prisión ahora no es una opción, pero aun así cada día se esfuerza, tiene un buen comportamiento y lleva la fiesta en paz.