Los agentes de Homicidios del OIJ están detrás de los integrantes de una banda narco que habría asfixiado y carbonizado a dos hombres, cuyos cuerpos aparecieron en Jericó de Desamparados.
El OIJ se refiere a las muertes de Alonso José Ibarra Hernández, de 30 años y de Jorge Alberto Porras Valenciano, de 22 años, cuyos cadáveres fueron hallados el pasado sábado 20 de abril.
Las autoridades le piden ayuda a la ciudadanía para lograr la captura de los responsables.
David Corrales, jefe de la sección de Homicidios del OIJ, indicó que al parecer Ibarra y Porras formaban parte de un grupo criminal que operaba en La Capri, en Desamparados y que otro grupo rival decidió acabar con sus vidas.
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“Según las investigaciones relacionadas hasta el momento, se presume que el móvil de este doble homicidio fue por problemas relacionados con temas de droga”, señaló el OIJ en un boletín de prensa.
Si usted tiene información sobre este caso puede llamar a la línea confidencial 800 8000 645 del OIJ. Los datos que dé serán anónimos y ayudara con la investigación.
Video como prueba
Las autoridades obtuvieron un video de una cámara de seguridad en la que se ve pasar un carro, la tarde del viernes 19 de abril anterior, por el barrio Las Lomas en Desamparados. En este vehículo viajaban Ibarra y Porras.
El video fue grabado a las 3:52 p. m. El jefe de homicidios afirmó que cuatro horas después de ese momento los familiares de las víctimas no volvieron a tener contacto con ellos.
Trascendió, que a los sujetos les quitaron las pertenencias y el carro en el que se movilizaban.
Los cuerpos fueron hallados la mañana del sábado 20 de abril anterior, ese mismo día en la tarde hallaron abandonado en La Uruca el vehículo en el que iban las víctimas.
En el lugar y con la persona equivocada
En abril anterior, el OIJ afirmó que Ibarra tenía antecedentes por asalto, robo y portación de armas entre otros; mientras que Porras estaba limpio.
Porras era hijo de un funcionario de la academia policial del Ministerio de Seguridad Pública.
El padre, Jorge Porras, dijo varios días después del hallazgo que su hijo era un excelente hijo.
“Era una persona muy querida, el problema es que estuvo en el lugar y con la persona que no tenía que estar”, expresó el señor.
Don Jorge vio a su hijo por última vez horas antes de que desapareciera e incluso recordó que ese día pensó comprarle un chop suey, pues era la comida preferida del joven. Poco después le dijeron que su hijo no aparecía y luego le confirmaron su muerte.