En la ciudadela La Carpio, en La Uruca, aún había este miércoles miedo y tristeza por la muerte de ocho personas del lugar que habrían bebido licor adulterado con metanol. (Este jueves la cifra ya va por 15).
La cifra de fallecidos subió a ocho el martes en la noche. La víctima más recientes es, según informó el OIJ, Luis Pérez López, de 26 años y quien murió en la casa.
Las familias de los fallecidos esperan que las autoridades judiciales logren determinar quién tuvo la responsabilidad de lo que pasó.
Hasta ahora han perdido la vida también Jimmy Álvarez Castillo, de 23 años; Santos Villegas López, de 40; Wilberth Baltodano Velásquez, de 44 (falleció en una cuartería); Virgilio Centeno Guardado, de 47 y la costarricense Tatiana Noguera Barrios, de 30 años (falleció en una casa),
Hay dos hombres más que --según el OIJ-- este miércoles seguían sin ser identificados: uno tiene 40 años (falleció en el Hospital México) y otro de aproximadamente 30 años (murió en una cuartería).
Javier Vargas es hermano de Santos Pablo Villegas, a quien de cariño le decían “Pablito” y nos contó que ya fue al OIJ a poner una denuncia y pedir que se investigue quién está detrás de las muertes.
En la ciudadela se ha mencionado que el licor bebido por algunas de las personas muertas o que ahora están graves fue un regalo de alguien. Pero también se ha dicho que lo compraron en un comercio local.
“Vamos a exigir justicia por la tragedia que estamos viviendo”, dijo Vargas.
Javier contó que a Santos Pablo le gustaba tomar los fines de semana.
“Él compró el licor y fue fulminante, desde el domingo se puso malito. Fue al centro de salud del barrio, pero no lo vieron de emergencia, se complicó y lo trasladaron en un carro particular al Hospital México, donde falleció a las tres de la mañana del martes. Él compró esas botellas en el negocio que están investigando”, dijo Vargas.
Asegura que, naturalmente, la noticia ha sido desgarradora para ellos y reprochan que un comerciante vendiera botellas que causaran tanto dolor.
“Las burbujas las estaban vendiendo en quinientos colones y según lo que nos dicen otras hasta las regalaban con la compra. Incluso se habló de algunas vencidas, el licor bueno no vence, más bien se añeja; si él (comerciante) sabía que el licor estaba mal, ¿por qué no lo botó?” se pregunta Vargas.
Javier dijo también que su hermano era muy trabajador. Se ganaba la vida como repartidor en un almacén y ya llevaba diez años en eso. Dejó dos hijas y veía por tres sobrinas de las que se había hecho cargo mucho tiempo atrás.
“Hay mucha preocupación por lo que pasó. Vamos a llegar hasta las últimas consecuencias, otras tres familias también se presentaron al OIJ. Hay gente todavía mal por lo mismo, si mi hermano hubiera sospechado algo no se toma ese licor, uno como consumidor compra y consume las cosas sin temor.
“Imagínese que una vecina me dijo que al hijo de ella, que estaba en el hospital, lo iban a desconectar porque ya no había que hacerle, ¡qué dolor!".
A Santos le darán el último adiós este jueves en la mañana.
En carreras
Rigoberto Centeno, hermano de Virgilio Centeno, nos contó que ellos tienen el corazón hecho pedazos.
Están tratando de ajustar una platica para llevar el cuerpo de su hermano hasta Nicaragua y enterrarlo allá. La mamá quiere tenerlo cerca.
Martita Salmerón, quien vive en La Carpio, nos contó que todos están preocupados. Piensan en que haya personas mal en las casas y que no hayan recibido ayuda.
“Casi la mayoría de los que murieron tenían trabajos dignos. Eran contados los que no trabajaban, estamos muy tristes y muy preocupados porque bastante gente tomó de ese licor”, dijo.
Ricardo González, jefe del Servicio de Urgencias del Hospital México, dijo que desde el domingo pasado hasta la mañana de este miércoles habían atendido a 17 personas: tres murieron, dos están en terapia intensiva, otros dos en terapia intermedia y el resto en emergencias.
“Todos llegan con la historia de haber consumido una sustancia que era alcohol etílico”, señaló el doctor.
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González también comentó que los pacientes empiezan con los síntomas entre ocho y doce horas después de consumir el licor. Les dan escalofríos, tienen visión borrosa o la pierden del todo. En los exámenes que les han hecho salen que tienen metanol en el cuerpo.
“Las autoridades del OIJ trabajarán en recolectar las pericias necesarias para determinar la causa de muerte de esas personas”, informó el Ministerio Público.