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Marvin Esquivel vive a escasos 30 metros de la entrada principal de la cárcel La Reforma, en San Rafael de Alajuela, y desde hace unas semanas tiene una nueva preocupación.
Él ha escuchado y leído en los medios de comunicación que el proyecto de ley que pretende el bloqueo de la señal celular en las prisiones está avanzado, incluso ya se aprobó en primer debate en la Asamblea Legislativa, pero eso en lugar de alegrarlo le trae malos recuerdos.
“En el 2008 ya habían bloqueado la señal celular en esta cárcel y nosotros también quedamos incomunicados. La única forma de poder hablar con otras personas era por medio del teléfono fijo porque no había forma de que el celular sirviera.
“Para poder hacer una llamada, o mandar un mensaje desde el ‘cel’ teníamos que caminar un kilómetro”, recordó molesto este vecino, quien se gana la pulsea bonito en el abastecedor Evenezer.
Esquivel reconoce que la intención de las autoridades es buena, porque es consciente de que los reos usan los celus para cometer estafas, fraudes y hasta para ordenar homicidios, pero dice que el bloqueo no es la mejor solución.
“Para mí lo que tienen que hacer es no dejar que entren los benditos celulares a las prisiones de ninguna manera, porque dejarnos sin señal celular a nosotros, que vivimos aquí cerca, no es justo. Nosotros no hemos hecho nada malo para que nos hagan eso”, añadió el comerciante.
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Marvin no es el único que teme quedar incomunicado. Yency Jiménez, vecina del barrio María Auxiliadora, localizado a unos 300 metros de esa prisión, dice que ella hasta tuvo que cambiarse de operadora cuando se dio el primer corte de señal en el año 2009.
“La vez que hicieron el bloqueo lo hicieron solo con la señal del ICE que era la que teníamos todos porque las otras empresas apenas estaban llegando. Yo me tuve que pasar a Movistar porque el ICE no servía para nada”, recordó Jiménez.
“Yo siento que ahora la cosa sería peor porque antes toda la gente tenía teléfono fijo en la casa, pero ahora la mayoría solo tenemos celular, entonces quedaríamos incomunicados”, agregó.
Justos por pecadores
Yolanda Navarro, otra de las lugareñas, coincide con sus vecino. Dice que no quiere volver a vivir la pesadilla de hace casi 10 años.
“Ahora uno usa el celular y el internet para muchas cosas y estaríamos fatal si nos quitan la señal. Yo entiendo que las autoridades quieran castigar a los reos porque si están encerrados es por algo, pero nosotros no tenemos por qué ser parte del castigo”, argumentó.
Pese a la preocupación de estos vecinos las autoridades de Justicia aseguran que ahora el panorama sería diferente.
“Sí se puede bloquear la señal en las cárceles sin afectar a los vecinos, y eso es lo que se tiene que hacer por parte de las tres empresas de telefonía que brindan el servicio en Costa Rica”, enfatizó Pablo Bertozzi, director de la Policía Penitenciaria.
Ricardo Taylor, consultor en telecomunicaciones, apoya la teoría de que con equipo de alta tecnología y una calibración exacta, puede cortarse la señal en las prisiones sin afectar a los usuarios que viven en los alrededores.
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Aunque las autoridades aseguren que el nuevo bloqueo no afectaría a terceros, los vecinos de La Reforma, que ya vivieron en carne propia la primera mala experiencia con los cortes de señal, están cruzando los dedos para que esta vez el ministerio de Justicia logre una solución distinta que permita erradicar los celulares en las prisiones, pero que no cause afectación fuera de los muros de las prisiones.
