El Centro Turístico Thermomanía, en Guayabo de Bagaces, Guanacaste, fue uno de los lugares donde el huracán Otto dejó destrucción y mucha angustia.
Las lluvias y cabezas de agua azotaron ese paraíso de las aguas termales el 24 de noviembre del 2016. Sin embargo, el dueño del negocio y sus 21 trabajadores no han dejado de esforzarse para salir adelante.
Como parte de esa lucha, el sábado inauguraron un parque temático de energías limpias, para atraer a más turistas y estudiantes.
Ahora la gente no solo se divierta en las 16 piscinas, en la poza y los toboganes, sino que también llega a aprender.
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“A los 12 kilómetros a la redonda están las cuatro energías:, el proyecto hidroeléctrico Los Negros, la energía solar de la planta Miravalles, la energía eólica y la energía geotérmica que es un proyecto del ICE. Hicimos el parque a escala, todo produce e incluso la energía la usamos en el restaurante para bajar la factura de ¢500 mil a ¢160 mil”, dijo “Yiyi”, quien mostró su proyecto con mucha emoción.
Hace un año don Didier "Yiyi" Arrieta y sus trabajadores se prepararon para hacerle frente al huracán y aunque la fuerza de la naturaleza se ensañó con ellos lograron salvar lo más valioso, sus vidas.
El impacto de Otto está muy fresco en la memoria de "Yiyi", quien recuerda que un acantilado que hay en la montaña se llenó de árboles y formó una presa con lodo y piedras, todo eso se convirtió en una avalancha y se confabuló con la quebrada Hornillas.
Otto les dejó rudos daños
El huracán se llevó las casas de las familias que vivían cerca de una granja que había en Thermomanía, cobró las vidas de Dennis Aurelio Alvarado Méndez, de 37 años; Orlando Obregón Jiménez, de 44; su compañera sentimental, Marisa Socorro Alvarado Méndez de 45 ; y el hijo de ella, Joseph Gerardo Barboza Alvarado, de 24.
Se llevó la granja donde había 160 animales y solo se salvaron un caballo percherón, dos toros y un burro. También quedaron hechas leña dos suites, el spa, el museo de antigüedades y las seis piscinas de la parte baja.
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"Lo que nos pasó fue terrible, pero con mucho esfuerzo nos hemos podido recuperar, los trabajadores, empresas privadas y más de 400 voluntarios de iglesias de Guanacaste nos ayudaron a limpiar, esa ayuda fue para nosotros un alivio, porque el huracán fue 24 de noviembre y pudimos abrir el 16 de diciembre", dijo "Yiyi".
Este empresario aseguró que tuvo pérdidas por ¢200 millones y no recibió ayuda.
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"Yo tuve que usar recursos propios y vender un ganado, en la tele veíamos como el gobierno ayudaba a los damnificados, pero a nosotros nunca vino nadie a darnos nada", dijo el empresario.
Lo que sí reconoce es que la quebrada que pasa por detrás de la propiedad fue dragada y eso hace casi imposible que se vuelva a dar una tragedia. A la orilla de la quebrada quedaron las piedrotas de la avalancha.
Quienes van de visita a Thermomanía no creerían lo que ocurrió, pues el lugar está restaurado y según su dueño hasta mejor. Todas las piscinas, el spa, el museo y las suites fueron restauradas.
"Solo nos falta la granja , pero esperamos que en enero o febrero próximo la volveremos a tener", dijo "Yiyi".
El dueño de Thermomanía quiso innovar, por lo que colocó un mural de fotos de como Otto los golpeó y como están ahora.
Arrieta asegura que la visitación no ha estado tan buena, por el impacto de la tormenta Nate en Guanacaste, lo que puso en problemas a su clientela y a gente de San José, que también llegaba a pasear; sin embargo, van saliendo con los gastos y pagos a los empleados.
"Esperamos que los meses que vienen sean buenos, y esto levante más", dijo el empresario.