Sucesos

(Video) Madre pide condena fuerte para asesino de Dota, que también le mató a su hija

Hombre enfrenta juicio en los Tribunales de Cartago por haber matado a una familia

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Milagro Mendoza pide condena para asesino de familia en Dota, asegura que el sospechoso le mató a su hija y suegra.

Hace 15 años que Milagro Mendoza lleva en el alma un dolor muy profundo: la muerte de su hijita Daniela García Mendoza, de 9 años, y la de su suegra Socorro García Borge.

Ambas fueron asesinadas en Chinandega, Nicaragua, por un hombre al que nunca se condenó por esos crímenes y a quien aquí en Costa Rica se le relaciona con los asesinatos de siete personas, incluida una familia de cuatro miembros en Santa María de Dota en mayo del 2015. Las víctimas de este caso fueron Ramón Suárez Espinoza, de 50 años; su esposa, María Haydée Miranda, de 32, y los hijos de ambos: Abraham y Elena María Suárez Miranda, de 11 y 9 años.

También se le señala como el responsable de matar a una adulta, a una niña y a un hombre.

Hablamos de Roger García Borge, quien había sido sacado de las calles por la familia de doña Socorro y fue acogido como uno más en el grupo familiar allá en Chinandega. Después de matarlas, el sospechoso huyó hacia Costa Rica.

En nuestro país se cambió de identidad y usó dos nombres: Jairo Díaz Aragón y Delvis José Bonilla Sevilla. El hombre asegura que este último es su nombre real y así lo dijo el miércoles 24 de enero en los Tribunales de Cartago, donde se le juzga por la matanza en Dota.

29/01/2018. San Rafael Arriba. Centro de Atención Institucional Vilma Curling Rivera. Entrevista con Milagro Mendoza Mendoza, ella es la madre de la niña a la que aparentemente Jairo Díaz Aragón, asesinó en Nicaragua en el 2003, donde también asesinó a su madre de crianza. Jairo se encuentra como principal sospechoso de masacrar una familia en Copey de Dota, en mayo del 2015, ellos eran Ramón Suárez Espinoza, de 50 años; su esposa Haydeé Miranda Salmerón, de 33; y los hijos de esta pareja, de 11 y 9 años. Al sospechoso de 44 años, se le imputan en Costa Rica cuatro delitos de homicidio calificado y dos violaciones, en perjuicio de la niña y su madre, quienes habrían sido ultrajadas delante de sus familiares. Fotos Melissa Fernández Silva (Melissa Fernandez Silva)

Milagro, quien está en Costa Rica, dice haber sentido alivio cuando supo que al hombre lo habían capturado y experimentó lo mismo cuando supo que lo llevarían a juicio. Eso evitará que otras familias lloren en el futuro a alguno de sus seres queridos.

Hoy Milagro les pide a las autoridades de Costa Rica que le den la condena máxima porque así ella y sus familiares sentirían un poco de paz al saber que también hubo justicia por la muerte de sus parientes aunque en Nicaragua nunca lo enjuiciaran.

El sospechoso usó dos identidades en Costa Rica, él asegura llamarse Delvis José Bonilla Sevilla. Foto: Alonso Tenorio (Alonso Tenorio)

Milagro cuenta que el día del crimen de su suegra doña Socorro, la pequeña Daniela y Daniel, su hijo mayor, estaban al cuidado de la señora.

Milagro desconocía que aquel día el acusado iba a quedarse a dormir en la casa de su suegra, pero dice que de haberse enterado tampoco lo habría visto mal, pues trataban al hombre como a uno más de la familia.

"En realidad yo no sabía que él (el acusado) era adoptado. Doña Socorro nunca tuvo una preferencia y siempre trató a sus hijos por igual. Recuerdo que durante un tiempo (Roger) había desaparecido y no sabíamos porqué. Cuando regresó, doña Socorro se puso muy contenta y llamó a sus hijos que estaban en Costa Rica para contarles", recordó Milagro.

Doña Socorro junto con el hijo adoptado que la mató en diciembre del 2003 en Chinandega, Nicaragua. Foto: La Prensa/Wilmer Lóper (wilmer Lopez)

Recuerda Milagro que al tiempo de que el sujeto se reunió de nuevo con la familia, él viajó por primera vez a Costa Rica y visitó a sus "hermanas". A los meses sus parientes aquí le pidieron que colaborara con los gastos de la casa y eso lo enojó.

"Agarró las cosas y dijo que mejor se iba y nos amenazó con que nos iba a dar donde más nos doliera, pero nadie se percató qué era lo que podía hacer", dijo Milagro, quien recuerda que horas antes del crimen ella tuvo un mal presentimiento y llamó a la casa de la suegra. Doña Socorro le contestó que todo estaba bien y le pidió que estuviera tranquila.

Durante la noche el hombre mató a doña Socorro y a la pequeña Daniela. Luego de darles muerte, como si se tratara de un ritual, bebió sangre de ambas.

Milagro dice que le dolió enterarse que más familias han sufrido a manos del hombre al que consideró una buena persona. Fotos: Melissa Fernández Silva (Melissa Fernandez Silva)

"Mi hijo cuenta que escuchó un escándalo, pero algo le impedía despertarse. Cuando logró hacerlo vio que la puerta principal estaba abierta, entonces la cerró, corrió al cuarto de la abuela y encontró a la hermanita y a la abuelita muertas, amarradas con un mecate. El tío Roger no estaba en la casa y mi hijo sabía que él era el responsable", explica Milagro llorando.

De pronto Daniel oyó que alguien tocaba la puerta principal y pensó que se trataba de otro tío.

"Mi hijo abrió la puerta pero nunca encendió la luz, en medio de la oscuridad le preguntaron qué había pasado y Daniel dijo que el tío Roger había matado a la abuelita y a la hermana, sin darse cuenta de que era al propio tío Roger al que se lo contaba. Roger le dijo que había pensado en perdonarle la vida, pero que ya no lo podía hacer".

"Mi chiquito dice que solo sintió que lo agarró y le puso un mecate en la garganta, pero él (Daniel) pudo meter los dedos entre la garganta y el mecate, este se reventó y así logró correr en la oscuridad y esconderse en casa de un vecino", relata Milagro.

Fue un milagro que lograra burlar a la muerte frente a un hombre que después demostró ser tan violento.

Hoy, 18 años después de aquellos hechos tan dolorosos para ella y para su familia, Milagro considera que Roger mató a Daniela y a doña Socorro para robar, pero no se explica porqué actuó con tanta violencia.

Ramón Suárez Espinoza de 50 años. Foto: Archivo
María Haydée Miranda Salmerón, de 32 años. Foto: Archivo
Los hermanos Abraham y Elena María Suárez Miranda, de 11 y 9 años. Foto: Archivo
Alejandra Morales

Alejandra Morales

Bachillerato en Periodismo en la Universidad Internacional de las Américas y licenciada en Comunicación de Mercadeo en la UAM. Con experiencia en temas de sucesos y judiciales.

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