Lynda Díaz tenía planeado estar en la audiencia en la que dictaron sentencia contra su exesposo y papá de sus dos hijas, Carlos Solano Zúñiga; sin embargo, por motivos de seguridad canceló el viaje a última hora.
Así lo contó a La Teja vía telefónica y nos reveló que antes de enterarse de la condena pasó un día con mucha ansiedad, al igual que sus hijas.
Carlos Solano fue sentenciado este martes en la noche a 12 años de cárcel tras ser hallado culpable de seis delitos de abuso sexual y uno de tentativa de violación en contra de su hija Lindaliz Solano Díaz, hija mayor de la pareja.
Mientras la sentencia queda en firme, Solano debe cumplir arresto domiciliario y usar tobillera electrónica por seis meses. La sentencia integral será leída el próximo 7 de enero, a partir de ese momento Solano tiene 15 días para apelar, de lo contrario esta quedaría en firme.
Fabio Oconitrillo, abogado de Lynda y de Lindaliz, asegura que está conforme con la pena porque judicialmente le creyeron a la víctima los abusos que sufrió.
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A continuación parte de la entrevista con la expresentadora.
- ¿Por qué no la vimos en los Tribunales de Pavas al momento de la sentencia?
Este martes iba a llegar a Costa Rica, pero cancelé el viaje en la mañana por motivos de seguridad, me recomendaron que lo mejor era que no llegara.
- ¿Qué reacción tuvieron al enterarse que a su exesposo lo condenaron a 28 años (la pena fue readecuada a 12)?
Es una sensación entre alegría y tristeza por algo que veníamos luchando desde hace siete años, la primera vez él salió absuelto por incongruencias en las declaraciones (se refiere al primer juicio en el 2016), porque este es un tema muy técnico y las niñas tenían que recordar cuando tenían entre 6 y 7 años, cuando ocurrieron los abusos.
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- ¿Esta condena les da tranquilidad?
Ni siquiera siento alegría, porque aquí nadie gana, pero recuperamos la dignidad luego de enfrentar un proceso tan difícil como este, porque al principio nadie nos creyó, la gente es muy cruel y juzga, pero nadie sabe lo que pasó ahí.
Nos vimos sin el respaldo de la familia de él, al final un hermano estuvo más parcializado hacia nosotras, fue muy duro sentir el rechazo de ellos, obviamente era entendible porque es la familia de él.
- ¿En algún momento pensaron que perderían el juicio?
Dios es grande y justo, pensé que íbamos a perder otra vez, pero mi respuesta a mí misma fue: ‘de la justicia de los hombres se podrá escapar, pero no de la justicia divina'. Solo espero que mis hijas y yo pongamos esto en el pasado y continuemos con nuestras vidas que es lo que más nos ha costado. Solo me queda recoger los pedacitos de nosotras, unirlos y seguir con ellas dos (hijas) como lo he hecho siempre.
- ¿Temieron que Solano se diera a la fuga?
- Sí, teníamos miedo de que existiera una fuga, no lo hizo; sin embargo, él intentó en múltiples ocasiones no asistir al juicio.
- ¿Usted y su familia se fueron de Costa Rica por los abusos sexuales que sufrió Lindaliz?
Me fui de Costa Rica por esta situación, no fue por absolutamente nada más. Cuando me enteré no podía compartir ni siquiera el mismo aire, fue una sensación horrible y vivíamos muy cerca, entonces decidí irme, llevarme a mis hijos y tratar de comenzar de cero, fue difícil, pero ya estamos establecidos en Miami; sin embargo, extraño Costa Rica todos los días.
- ¿Al inicio del juicio su abogado indicó que ustedes han recibido amenazas de muerte?
Las amenazas están hechas, cuando fuimos a Costa Rica anduvimos temerosas, pero hay una causa abierta que está en investigación, espero que con este veredicto todo cese.
- ¿Le guarda rencor a su exesposo?
Odio no puedo sentir porque eso me va a contaminar más, pero sí tengo cólera mezclada con lástima, porque él es una persona enferma sexualmente, nunca demostró ser una persona sensible, de sentir una emoción, él es muy frío y calculador, ahora le tocó pagar, tarde o temprano iba a ser así.
- ¿Qué fue lo más difícil de este proceso?
Este tipo de eventos sacuden a la familia, la integridad. Uno escucha casos similares en la noticias y jamás piensa que a uno le va a pasar. Luego la crítica de la gente, porque no te creen, pero nosotras decidimos recuperar la dignidad. Después de este proceso me he vuelto mucho más espiritual.