Uno de los grandes sueños que tenía Jhosua Meléndez, de 19 años, era poder llegar a jugar con su amado Municipal Corredores en la segunda división del fútbol nacional; sin embargo, un accidente de tránsito le impidió cumplir con este anhelo.
Meléndez, que era portero y a quien conocían de cariño como “Peri”, falleció este miércoles en el hospital Escalante Pradilla de Pérez Zeledón debido a las heridas que sufrió en el choque ocurrido la madrugada del lunes en Bajillo de Abrojo, en Corredores.
Ese día, el guardameta viajaba en un carro conducido por Randy Hernández Ortega, de 21 años, y por motivos que se investigan el chuzo se salió de la calle y pegó contra una palmera y un poste. Hernández falleció dentro del vehículo.
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La muerte de Peri fue un golpe muy duro para todos los vecinos de esa comunidad, pues él era muy querido y conocido en la zona, ya que además de ser el portero suplente del Municipal Corredores, equipo de la Liga Nacional de Fútbol Aficionado (Linafa), también participaba en el grupo de jóvenes de la iglesia Manantial de Esperanza en Ciudad Neily.
“A pesar de su corta edad, él era muy querido por todos, era una persona que a nadie le negaba un favor, siempre estaba anuente a colaborar y la humildad que tenía era digna de admirar. Era un muchacho sin vicios y muy creyente en Dios”, dijo Javier Pérez, exdueño del equipo de fútbol.
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Posted by Municipal Corredores on Wednesday, March 20, 2019
Don Javier contó que Jhosua vivía enamorado del equipo, no se perdía ni una sola mejenga y siempre estaba ahí apoyándolos, por esa misma pasión fue que decidieron invitarlo a formar parte del grupo como portero suplente.
“Era el primero en llegar y el último en irse, incluso nos ayudaba a encender las luces de la cancha y cuando todos se habían ido se quedaba para recoger las bolas y los conos, hasta se encargaba de pedir colaboraciones para el equipo, sacaba de donde no tenía para ayudarnos”, recordó.
Peri soñaba con que el equipo ascendiera a segunda para así algún día ponerse los guantes y representar de la mejor forma al cantón de Corredores, por eso es que siempre entrenaba con todas las ganas, aunque por su posición no participaba mucho en los partidos.
“Él siempre entrenó como si fuera titular, era un amor que le tenia al equipo, era el que más entrenaba y siempre con esa determinación de que cuando lo ocuparan él iba a estar listo, siempre estaba atento para esperar su momento”, añadió Pérez.
Don Javier contó que Meléndez también era muy empunchado para ayudar a su familia, por eso no le arrugaba la cara al brete y siempre andaba buscando algún trabajito, lo último que supo es que el muchacho también la estaba pulseando para entrar a trabajar a la Fuerza Pública.
El cuerpo de Jhosua fue velado este miércoles en la iglesia Manantial de Esperanza en Ciudad Neily y su funeral se llevará a cabo la mañana de este jueves en esa misma comunidad.