Evelyn Ivette Jiménez Orozco, de 21 años, muchas veces soñó con el momento en que usaría su vestido de novia, pues en poco tiempo se iba a casar, por eso su familia se lo puso para darle el último adiós. Ella murió atropellada el jueves pasado.
Sus papás, Édgar Jiménez y Carolina Orozco, aseguraron este domingo sentir paz al verla vestidita de blanco, pues están seguros de que así lo hubiera querido su princesa, quien era la alegría de su hogar.
La iglesia de Soldados de la Cruz en Río Banano de Limón, donde la muchacha soñaba con realizar su boda, y el cementerio de Beverly se hicieron chiquititos para despedir a la joven bajo un radiante sol y muchos cánticos que a ella le encantaban.
Don Édgar nos contó que su hija tenía muchas ilusiones y metas, pero la que hacía brillar más sus ojitos era la de casarse.
“Ella había comprado el vestido hace un tiempito, Evelyn y su novio tenían en mente casarse pronto, ella lo quería mucho, fue su primer novio. Era tanto el sueño de casarse que se fue al cielo con su vestido blanco de novia.
“Siempre me decía, ‘papi, es que estoy tan enamorada’. Ellos se conocían desde pequeños y trabajaban juntos. Esa boda era una gran ilusión que lamentablemente se vio truncada por un irresponsable que acabó con la vida de mi única hija, a quien yo amaba con todo mi corazón”, dijo el papá, quien comentó que fueron demasiados los momentos felices que Evelyn le dio y los recuerdos que cosecharon juntos como padre e hija.
Evelyn trabajaba como asistente administrativa en la empresa Costa Rica Container Service a 300 metros de su casa y estudiaba Relaciones Internacionales en la Universidad de Costa Rica.
De hecho, su papá contó que ella hizo la pasantía en esa empresa cuando salió del colegio y como era muy empunchada la contrataron de inmediato cuando la terminó.
Muy alegre
Hernán Granados, compañero de trabajo de Evelyn, la recordó como una joven muy alegre, carismática y trabajadora.
“Siempre nos llevamos muy bien, hay tantas cosas buenas que recordar de ella, que las palabras sobran”, dijo Granados.
Doña Lilliam Jiménez, tía de Evelyn, aseguró que la repentina muerte de su sobrina los ha dejado con un profundo dolor en el alma.
“Mi sobrina solo nos deja gratos e inolvidables recuerdos, ella era muy humilde y se llevaba muy bien con todo mundo por su forma de ser, siempre andaba muy sonriente.
“Tenía planes muy bonitos para su futuro y lamentablemente todo se derrumbó en cuestión de segundos, ella era feliz contándole a todos lo que tenía ilusión de hacer a futuro”, dijo la afligida tía.
Esperan justicia
El papá de Evelyn puso la denuncia ante las autoridades judiciales para que se investigue lo ocurrido en el accidente.
La familia de la joven también agradeció la solidaridad de la empresa donde trabajaba, de sus compañeros de trabajo, familiares y allegados que les echaron una manita con los gastos del funeral.
La joven era buenísima para el inglés y tenía la ilusión de aprender más idiomas, además era una muchacha de mucha fe y amante de los animales.
El accidente ocurrió la tarde del jueves cuando Evelyn iba a almorzar a la casa de sus papitos, por lo cerca que le quedaba del trabajo, así lo hacía todos los días.
Según versiones de testigos, ella caminaba por la orilla de la calle sobre la ruta 32 cuando un camión la embistió de frente y la arrastró entre 25 y 30 metros.
Trascendió que el conductor de apellido Hernández, que tiene una discapacidad, había estado segundos antes estacionado en un negocio, arrancó el camión y aceleró, en ese momento se dio el accidente.
Jiménez fue declarada fallecida en el sitio del accidente por los socorristas.
Al conductor los tráficos le hicieron la alcoholemia que dio 0.22 grados de alcohol (el mínimo es de 0.20 grados), ese día Hernández fue trasladado a la Fiscalía Adjunta de Limón por el delito de homicidio culposo, el hombre quedó en libertad, pero debe mantenerse al tanto de la investigación que se lleva en el expediente 21-000941-0063-PE.