Nick Aponter es uno de los venezolanos que lleva más de un mes en Costa Rica y que por falta de dinero y salud no ha podido seguir su travesía a los Estados Unidos.
Migración asegura que 2000 migrantes pasan a diario por Costa Rica, y de esos se queda un 10 por ciento rezagado por algunos días, el caso de este joven es uno de ellos.
Sin embargo, Aponter asegura que su intención no es quedarse sino más bien apurarse para poder irse.
Él llegó al país desde hace un mes con su esposa y su hija, también su madre, su padrastro, sus tres hermanos y un tío.
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“Nos veníamos todos o todos, pero ahora tenemos que ver si nos vamos todos juntos o nos separamos, mi padrastro tiene un problema de salud en una rodilla, todo por la travesía en la selva del Darién y entonces parece que para seguir lo van a tener que operar aquí, estamos atrasados para poder seguir porque no queremos adelantarnos sin él. Vinimos todos juntos, pero él así no puede caminar”, dijo.
Este joven asegura que para ellos fue duro el trayecto de la selva porque pasaron hambre y mucha sed, y lo más difícil era ver que su hija de dos añitos le decía que tenía mucha hambre y ellos no tenían nada que darle, además asegura que trató de buscar ayuda en Panamá, pero al ser migrantes era complicado”, dijo.
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Nick cuenta que cuando llegaron a San José le tocó vender su celular y pedir dinero en la calles, por suerte su mamá hizo contacto con una amiga de ella que vive en Costa Rica y le recomendó llegar a las Obras del Espíritu Santo y desde hace más de un mes viven en la iglesia.
“Cuando llegamos no había tanta gente, es que ahorita somos muchos. Ahora hay gente que duerme en la calle al frente de la iglesia pero la verdad todos nos reciben con los brazos abiertos, nosotros veníamos en muy malas condiciones de salud”, dijo el joven.
Añadió, “La verdad aquí no nos ha faltado dónde dormir ni qué comer, pese a que hay mucha gente vemos que la comida todos los días se multiplica”, dijo
Él asegura que no tienen familiares en los Estados Unidos, solamente amistades que hicieron durante la travesía en la selva y que lograron llegar antes que ellos a la “yunai”. Incluso en el Darién conocimos a un señor de 69 años que viajaba solo y ahora lo hicimos parte de nuestra familia, está con nosotros”.
Nick asegura que hay días en que le ha tocado vender galletas o popis, otros días se ha puesto un rótulo y ha pedido en las calles, también consiguió trabajo como repartidor de comidas, luego le dieron en una construcción pero se cayó de unas escaleras y no pudo seguir.
“Hago de repartidor, constructor, vendedor y soldador. Yo sé soldar y ahorita un señor me tiene haciéndole un trabajito de soldadura por varios días, pero yo hago de todo, si me dicen que lave un carro y me regalan algo para poder seguir, lo hago. Trabajo en lo que sea”, dijo el joven.
El joven papá asegura que ellos son 10 y necesitan reunir $3000 para poder llegar a Estados Unidos.
Nick reconoce que debe darse prisa por las nuevas políticas de los Estados Unidos que indican que los venezolanos deberán llegar por vía área previo a un trámite de un permiso.
Las nuevas directivas indican que solo recibirán a 24.000 venezolanos, pero aquellos que hayan ingresado ilegalmente a México o a Panamá no podrán aspirar a este beneficio.
“Necesitamos apurarnos, pero la situación de mi padrastro nos preocupa”, dijo el muchacho.
Las nuevas “reglas” provocan desesperación en los venezolanos por salir de su país.