Los vecinos de Villa Esperanza de Pavas se sorprendieron al enterarse que el OIJ detuvo a unos esposos como sospechosos de una tentativa de homicidio contra su hijo de 9 años.
Además los acusan de incumplimiento de la patria potestad (deber de proteger a un menor de edad).
La pareja fue detenida este jueves en la mañana, pero a las horas los dejaron libres, por decisión de los jueces del Juzgado Penal de Pavas, quienes rechazaron la solicitud de prisión preventiva que pidió la Fiscalía.
Karla Rodríguez, una vecina de la pareja, dijo que los conoce a los sospechosos desde hace 30 años y siempre han sido personas muy colaboradoras con la comunidad, además de ser muy amorosos con sus hijos. Otros vecinos también se mostraron sosprendidos.
La pareja es de apellidos Bonilla Marín (hombre) y García Aguilar (mujer), quienes deberán mantener domicilio fijo, firmar una vez al mes, impedimento de salida del país y caución juratoria (presentarse ante las autoridades cada vez que se les llame).
La Fiscalía apeló la resolución, por lo que se encuentra a la espera de que se señale una nueva audiencia, en la que reiterará su solicitud de que se les ordene la prisión preventiva.
Las detenciones estuvieron a cargo la sección especializada en violencia de género, trata y tráfico de migrantes. La investigación contra ellos comenzó luego de que la Fiscalía de Pavas informara que un niño fue llevado al Hospital Nacional de Niños en condición crítica de salud, ya que tenía mucha fiebre de temperatura debido a infecciones y una desnutrición severa.
Las autoridades afirmaron que en apariencia el cuido que se le daba al menor por parte de sus encargados no era el adecuado, por lo que el Ministerio Público ordenó la detención de los papás con base en la investigación realizada.
El 15 de junio anterior los jueces del Tribunal Penal de Alajuela condenaron a 20 años de cárcel a unos papás nicaragüenses por abandonar y dejar morir a su hijo de 16 años, que padecía parálisis cerebral infantil. Se trató de una ama de casa de apellidos González Vado, de 47 años, y un peón apellidado Centeno Mercado, de 36 años.