Doña Olga Montoya se convirtió en un ángel para los tres chiquitos que huyeron horrorizados tras presenciar el ataque de dos sicarios en Cartago, pues ella abrió las puertas de su casa para resguardar a los escolares de cualquier peligro.
“Yo escuché la balacera y de inmediato a los chiquitos corriendo y gritando, salí porque ellos abrieron el portón y los metí a la casa de mi mamá, todos fuimos a salvaguardarnos a la sala”, contó Montoya a La Teja.
El tiroteo que puso a correr a estos niños ocurrió a eso de las 2 p.m. de este lunes 26 de junio, en el barrio Nuevo de El Tejar, en El Guarco de Cartago.
A esa tranquila comunidad llegaron dos sicarios en moto y dispararon en múltiples ocasiones contra dos hombres que se encontraban dentro de un carro, el cual estaba estacionado a escasos metros de la acera por la que caminaban los menores.
Los gatilleros dieron media vuelta y dispararon de nuevo contra los ocupantes del vehículo, quienes en su intento de escapar se escondieron dentro de la soda La Cocina de Marco, sin embargo, uno de los maleantes ingresó al negocio para continuar con el ataque.
En ese hecho falleció Jesús Santander Villamizar, de 25 años, cuyo cuerpo quedó en la cocina de la soda; mientras que otro hombre, apellidado Chavarría, de 25 años, fue llevado al hospital Max Peralta de Cartago en condición delicada.
Don Marco Tulio Abarca, dueño de la soda, y una de sus asistentes se salvaron de milagro al esconderse dentro de una pequeña oficina.
Siempre estuvo con ellos
Doña Olga dijo que en los 52 años que tiene de vivir en barrio Nuevo, nunca había pasado una situación de este tipo, pues esa comunidad siempre se ha caracterizado por ser un lugar muy tranquilo.
Además, contó que ella permaneció en todo momento con los chiquitos, incluso hizo que estos se quedaran en su casa por varios minutos una vez que terminó la balacera, para así descartar cualquier peligro.
“Estaban asustados, como traumados, no quisieron agua y querían irse para sus casas, pero les dije que no hasta que pasara el peligro y al rato salí a encaminarlos para que se fueran a la casa, se fueron solitos porque dijeron que los papás trabajaban”, contó.
La señora dijo que los menores le contaron que los tres eran compañeros y que vivían en la urbanización Las Catalinas, la cual se encuentra cerca de donde ocurrió la balacera.
Buena reacción
Beatriz Camacho, directora de la Unidad Pedagógica de barrio Nuevo, en El Tejar de El Guarco, centro educativo al que asisten los tres chiquitos, que cursan el sexto grado, alabó la rápida reacción de los escolares para alejarse del peligro.
Según Camacho, los tres menores supieron reaccionar ante esa angustiante situación, gracias a los protocolos y constantes prácticas que realizan en el centro educativo.
“Los estudiantes saben qué hacer dentro de la institución, así como afuera, pues les hemos comentado que si en algún momento ellos presencian un tiroteo o alguna situación donde se encuentren amenazados, que encuentren un lugar abierto y si no pueden que toquen puertas para que puedan resguardar sus vidas”, dijo la directora.
Más tranquilos
Tras enterarse de lo sucedido, la directora se puso en contacto con los papás de los chiquitos para saber cómo se encontraban.
“Precisamente ayer (lunes), me comuniqué con los padres de familia, los estudiantes están bien, están tranquilos, obviamente fue el susto que se llevaron en el momento, pero ya están tranquilos y sus papás hablaron con ellos”.
Camacho dijo que es muy importante que en la medida de lo posible los padres vayan a dejar y a recoger a sus hijos a los centros educativos, a pesar de que estos viven cerca de la institución, pues es preocupante la situación de inseguridad que vive el país.
Mucha preocupación
De lo único que se hablaba este martes en barrio Nuevo era de la mortal balacera ocurrida el lunes, pues los vecinos de este pacífico lugar aún no salen del asombro ante lo sucedido.
Así lo contó una vecina a La Teja, quien pidió que su nombre no se publicara, explicando por ella y su hija, quien cursa el cuarto grado en el mismo centro educativo, que los otros chiquitos por poco se llevan un tremendo susto.
“Gracias a Dios mi esposo llegó a la casa temprano y se fue a traer a nuestra hija en moto, porque ella salía 1:50 p.m. Si yo hubiera ido caminando como todos los días de fijo me topo con eso (la balacera). Nos hemos sentido supermal, como te digo, si mi esposo no va en moto yo me hubiera topado con semejante susto”.
En cuanto al homicidio, el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) no ha establecido un móvil, sin embargo, una de las líneas de investigación apunta a que estaría relacionado con una disputa por territorios para la venta de drogas.