El cerro Chirripó nos reveló uno de sus mejores secretos, que aplica para cualquier persona y aquí se lo contamos.
Este mágico lugar nos enseña que las metas no tienen fecha de vencimiento y solo se necesitan ganas, coraje, preparación y escuchar las voces que nos guían para cumplir los sueños, sin importar el cansancio o el miedo que se pueda sentir durante el camino.
Doña Adis Chacón, de 60 años, da fe de eso pues durante 12 años cargó con un reto que anhelaba alcanzar: estar en la cima del Chirripó.
El 31 de diciembre del 2012 lo intentó; sin embargo, quedó a poquísimos metros de la cumbre, la neblina, el viento y el miedo no le permitieron cumplir con su meta.
Durante 12 años cargó con esa espinita de querer conquistar su sueño, el reto no era contra nadie, era contra su propia mente.
En este setiembre del 2024 la vimos llegar al hotel Urán, en San Gerardo de Rivas, en Pérez Zeledón, junto a su esposo, don Óscar Porras Madrigal, de 65 años. El matrimonio, amante de la aventura, mantenía la ilusión de hacer juntos la cumbre.
El miércoles 4 de setiembre madrugaron y a las 2:30 a.m., bajo un cielo estrellado, comenzaron a caminar desde el albergue de Base Crestones hasta la cima, son solo cinco kilómetros, pero en montaña cada kilómetro se hace eterno y más cuando se empieza a escalar el cerro.
La claridad del cielo daba un gran pronóstico: les esperaba un hermoso amanecer. Y así fue, en el camino vieron el sol asomarse, pero les faltaba llegar.
Don Óscar temía que su esposa nuevamente se negara a completar el recorrido, él se adelantó y conquistó por segunda vez la montaña más alta del país. A escasos metros, pero los más difíciles del camino, se veía a doña Adis. Las voces de quienes estaban arriba la alentaban, pero ella comenzó a negarse y sintió el mismo miedo de hace doce años.
“En el 2012 mi esposa se devolvió con pánico, yo subí porque no se veía nada y no tuve miedo, ella solo me dijo que nunca más subiría”, recordó don Óscar.
Pero el Chirripó era un reto para el matrimonio de 34 años y, así como muchos otros, debían vencerlo.
Su esposo descendió y junto con el guardaparques Iván Leitón, comenzaron animar a la señora. Desde arriba otro grupo le gritaba: “¡Sí se puede, falta poco!”, ellos también querían que ella observara la belleza de Costa Rica desde las alturas.
Con susto, pero doña Adis lo logró. En la cumbre todos se emocionaron y no faltaron los aplausos.
“Traía mucho miedo, pensé: “¿Acaso estoy pagando una promesa? Me voy a devolver de una vez’, pero agarré ánimo por el guardaparques y mi esposo, quienes me levantaron el espíritu y llegué”, exclamó doña Adis al llegar a los 3820 metros sobre el nivel del mar.
Don Óscar se alegró de ver a su amada romper con ese miedo que la perseguía.
“Tenía la sensación de que no iba a superar el hito de la vez pasada, del ‘ya no puedo llegar’, pero qué dicha poder vencer un miedo, una fobia, eso de lo más realizador que hay.
“Lo más sublime siempre tiene un costo, lo comparo con el parto de mi hijo mayor, uno siente ese temor, el desconcierto hasta cierto punto y de repente llega y se libera por completo”, manifestó el esposo.
El miedo de doña Adis no terminaba porque pensaba en el descenso, pero antes se dio la oportunidad de ver el reflejo del sol alumbrando el mar Caribe, vio los volcanes Turrialba e Irazú, las montañas de Pérez Zeledón y de San José.
“Estando aquí arriba veo que de verdad la naturaleza es maravillosa y este lugar es muy lindo, muy especial, Dios nos bendijo con esta claridad (se refiere al cielo despejado), con esto es más que suficiente”, agradeció esta valiente mujer, vecina de San Rafael de Heredia.
Don Óscar agregó que Costa Rica no tiene nada que envidiarle a otros países.
“Toda la belleza escénica de este país es increíble, la diversidad de colores, de animales, fauna, la calidad del agua”, describió.
Ambos concluyeron diciendo que hacen caminatas y ejercicios para disfrutar de una vejez linda en la que pueden seguir caminando sin dolores de espalda o de piernas.
“Disfrute de la actividad física porque es comprar salud, sirve para tener una mejor calidad de vida”, expresó don Óscar.
Concluyeron que los videos y fotos no captan la experiencia de vivir la aventura del Chirripó.