La pescadería El Callejoncito, localizada en Golfito, es el último recuerdo que doña Elba Carazo tiene de su amado Florencio Vásquez, el capitán de barco que murió en alta mar el 25 de febrero del 2018.
Vásquez, de 67 años, falleció debido a complicaciones de salud que sufrió al pasar nueve días a la deriva cerca de la isla del Coco cuando su embarcación fue alcanzada por un rayo que dañó el motor y los aparatos electrónicos.
Junto al señor viajaban los marineros Victor Villegas, Jorge Chavarría y Audiel Rivas, quienes fueron rescatados por un barco mercantil que los llevó, junto al cuerpo del capitán, a Ecuador.
Los restos de Vásquez fueron repatriados 15 días después.
Desde la muerte de su amado capitán, doña Elba ha vivido momentos muy difíciles, sin embargo, ha hecho todo lo posible por salir adelante y por honrar el recuerdo de don Florencio.
Por ese motivo es que la valiente señora la ha pulseado por todo lado para mantener el negocito que Vásquez abrió con tanto esfuerzo.
“El negocio había quebrado, pero rifé el carro que él dejó y con la platita es que estoy trabajando ahora la pescadería. Es muy duro porque no me queda mucha ganancia, mis hijos me han ayudado mucho”, dijo.
Lejos del mar
Aunque a diario trabaja en la pescadería, doña Elba se mantiene muy lejos del mar. Desde la muerte de don Florencio no ha vuelto a subirse a un barco o a una lancha.
“Pienso que es más que todo por los recuerdos, pero mis hijos después de todo se han ido a pescar, se han hecho como pescadores, pienso que es como para honrar al papá”, contó.
Otra situación que la ha alejado del mar es que muy a menudo ve el barco que Vásquez usaba para trabajar. La nave fue rescatada del agua y al tiempo fue comprada por otra persona.
“Los recuerdos de él no los voy a olvidar, porque fue un amor de treinta años y un amor verdadero no es nada fácil de olvidar”, añadió.
Duras pruebas
A doña Elba le ha tocado afrontar pruebas muy difíciles durante este tiempo, como por ejemplo perder la casita en la que vivía con don Florencio debido a una deuda de la que se hicieron cuando pidieron una platita para arreglarla.
Por esta situación es que ella tiene más de 10 meses de estar viviendo en un apartamento.
También superó dos situaciones que pusieron a prueba su salud, pero sostiene que la hicieron una mujer más fuerte.
“Después de eso (muerte de don Florencio) me dio un infartillo, además me operaron de cuatro tumorcitos, tenía dos en el útero y dos en el ovarios izquierdo, pero Dios me sanó, cuando me operaron me dijeron que ya no tenía nada”, asegura.
Pese a todas las situaciones que ha vivido en cuestión de dos años, doña Elba afirma sentirse muy agradecida con Dios.
“Hay que agarrarse de la mano de Dios y de la Virgencita para que le den fuerzas a uno para salir adelante y hay que entender que uno en esta vida está de paso”.