El universitario Andrés Cerdas Barquero cumplió un año de vida este domingo 17 de mayo, pues hace exactamente 12 meses volvió a nacer al sobrevivir a un aparatoso accidente de tránsito que tenía todos los elementos para ser mortal.
El joven, de 22 años, fue atropellado en Heredia centro por un conductor que se lo llevó por delante hasta pegarlo contra la parte trasera de un bus, lo que causó que quedara con sus piernas prensadas entre el bumper y las latas de la tapa del carro.
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A un año del terrible accidente, el joven, vecino de Cartago, dijo que lo que ocurrió ese día fue un verdadero milagro, por eso vive eternamente agradecido con Dios y la Virgencita de Los Ángeles.
Con ayuda de sus familiares y seres queridos Andrés ha logrado salir adelante; sin embargo, no ocultó que aún siente algo de temor cuando sale a la calle, especialmente cuando ve un carro blanco como el que lo atropelló ese día.
Aparatoso viaje
Andrés contó que aún recuerda la mañana de ese viernes como si hubiera sido ayer, pues todo inició como un día normal para él.
“Recuerdo que me levanté normal para ir a la universidad, porque como yo soy de Cartago tenía que viajar hasta Heredia, porque estudio Matemáticas en la UNA”, dijo.
Cerdas primero viajó hasta Chepe y de ahí agarró un tren al centro de Heredia, a los pocos minutos de bajarse del chunchón fue que ocurrió el accidente.
Aparentemente el conductor del carro, cuya identidad no trascendió, intentó cruzar la línea férrea antes que el tren, pero en esa maniobra atropelló a Andrés.
“Cuando el señor me atropelló me golpeó contra el bus y quedé prensado encima del carro, en ese momento lo que hice fue gritar asustado, porque nunca pensé que me fuera atropellar.
“Nunca vi que el carro viniera en mi dirección, yo lo vi detenido, nunca pensé que se fuera a adelantar”, recordó.
Muchacha lo ayudó
Pese a lo aparatoso e impresionante del accidente, el joven nunca perdió el conocimiento, por eso es que recuerda perfectamente todo lo que ocurrió y como una joven enfermera llegó a ayudarlo
“Lo que hice fue pedirle a la gente que me ayudara, recuerdo a una muchacha que se llamaba Priscilla, que si no mal recuerdo, fue la que se acercó y me ayudó a tranquilizarme”, contó.
De hecho, fue esa misma joven la que dio aviso a la familia del universitario. Andrés contó que afortunadamente días después del accidente pudo conversar con la muchacha para darle las gracias.
“Creo que fue en noviembre que mi hermana me contó que esa muchacha quería hablar conmigo, entonces ella me pasó el número y le escribí. Lo primero que hice fue agradecerle porque ella estuvo ahí sin conocerme, me extendió la mano, me tranquilizó y habló como si yo fuera alguien de su familia”, detalló.
Difícil recuperación
Andrés dijo que debido al accidente estuvo internado en el hospital de Heredia hasta inicios de junio, pues tuvo que ser operado por las lesiones que sufrió en ambas piernas.
“Sufrí una fractura de fémur en la pierna izquierda y una luxación de rodilla en la pierna derecha. Recuerdo que en ese momento no es que me dolieran las piernas, sino que yo las sentía muy pesadas y calientes”, detalló.
Luego de salir del hospital, Andrés tuvo que llevar un proceso de rehabilitación hasta noviembre, pues se le hacía muy difícil mantenerse en pie. El joven explicó que puede caminar sin ningún problema, pero aseguró que siente dolor si hace mucho esfuerzo.
Lo más difícil
La recuperación física fue muy complicada, pero según el universitario, lo más difícil fue reponerse en el aspecto mental para superar los temores que tenía.
“Por mucho tiempo estuve como en negación por el accidente, de hecho, estuve yendo al sicólogo, porque fue un impacto muy fuerte. Yo era una persona que casi nunca se enfermaba ni había tenido que ir al hospital por algo tan grave, la verdad yo ni quería tocar el tema del accidente", mencionó.
Salir de nuevo a las calles fue otro reto para el empunchado muchacho, solo cruzaba cuando no había ni un solo carro cerca, pues pasar en medio de carros detenidos le causaba mucho temor.
“Cuando yo comencé a salir a la calle de nuevo me daba mucho miedo cruzar las calles donde no había un semáforo, no podía ver un carro blanco porque me daba mucho miedo cruzar la calle”, añadió.
Pese a estas situaciones ,Andrés no se dio por vencido y encontró en sus seres queridos las fuerzas necesarias para enfrentar estos miedos.
“De toda esta situación destaco el apoyo de las personas, el apoyo de mi familia para salir adelante. Mis amigos, la verdad es que todos estuvieron ahí presentes aunque fuera por mensajes”, destacó.