Daniel Alberto Soto Sánchez, de 24 años, siempre se destacó por hacer buenas acciones y la última fue defender a un amigo en un bar en Jacó.
Lamentablemente, ese gesto se convirtió en su sentencia de muerte, pues unos desalmados lo apuñalaron y, pese a que luchó por su vida durante 18 días, perdió la batalla el miércoles 29 de junio de este año.
Los responsables de la muerte del vecino de San Francisco de Dos Ríos aún no han sido detenidos, afirma el OIJ.
Los hechos sucedieron el 11 de junio anterior, cuando el joven estaba junto a unos amigos en una fiesta que se dio en un bar en el centro de Jacó.
“De un momento a otro se produjo una riña en la que participaron un grupo grande de personas y en determinado momento Soto sintió que lo punzaron en el abdomen”, relató el OIJ.
Don Alberto Soto, papá de Daniel, lo recordó como un muchacho lleno de vida, buen hijo, siempre solidario, sonriente y de unos valores increíbles. Era el mayor de tres hijos.
“Estaba lleno de vida y de planes, tenía un buen trabajo. Era de ayudar a la gente, si tenía que quitarse mil colones, los daba sin ningún reparo”, recordó el papá.
Aseguró que él siempre defendía a los demás, era solidario y buen amigo.
Daniel, que estudiaba Cisco en la universidad, andaba de paseo con un grupo de amigos con el que solía ir a diferentes playas del país.
Pese a todo el dolor, su familia se queda con lo bueno que Daniel destacó.
“Ahora tenemos un ángel de la guarda personalizado, no es porque sea mi hijo, pero era un muchacho muy bueno, que se metió a defender a otra persona, ya ellos iban de salida y uno lo golpeó, le quitó los anteojos, otro le hizo un candado chino y el otro lo apuñaló dos veces.
“Lo único que me dijeron es que venían de salida, hubo un roce y seguramente al calor de los tragos... actuaron así, como mi hijo era el más grande, recibió la peor parte”, relató el señor.
Atención
A Daniel lo vieron primero en el Hospital Monseñor Sanabria, en Puntarenas, donde estuvo cinco días internado y luego le dieron la salida, algo que la familia del muchacho aún no entiende.
“Tanto mis médicos y abogados han valorado que la salida del Monseñor Sanabria fue de forma abrupta”, dijo.
Estando en San José lo llevaron al hospital Calderón Guardia, donde falleció.
A él lo sepultaron el 1 de julio en el Campo Santo La Piedad, en Desamparados.
“Su funeral estuvo abarrotado, no llegaron por mí, llegaron porque él se lo ganó, una inmensa cantidad de gente (llegó), eso demuestra el cariño que le profesaban”.
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Amigos no quieren salir a bares
Don Alberto dice que los amigos de su hijo, por la muerte de su hijo y de otros jóvenes como Marco Calzada y Manfred Barberena, prefieren no ir más a bares.
“Todos los amigos de mi hijo tienen una zozobra que ya no quieren salir como jóvenes a disfrutar sanamente, uno va pensando que va a disfrutar... No va pensando que si hay una pelea”.
Recalca que la violencia que se vive en estos días, es extrema.
“La pérdida de valores y el temor a Dios, el desarrollo socioeconómico post pandémico ha hecho que la misma juventud sea extremadamente violenta.
“Ni un hijo menos”, pidió este padre.