Rodeado de decepciones, amenazas de muerte y huyendo de su tierra natal por supuestas amenazas de muerte que venían de su propia familia, así fueron los últimos años de vida del finquero sancarleño Jorge Jiménez Berrocal, conocido como Macho Jiménez.
Los peores temores se cumplieron cuando lo asesinaron de una ráfaga de balazos en un parqueo frente a la clínica Clorito Picado, en Cinco Esquinas de Tibás, el 30 de enero del 2015.
Sin embargo, dentro de la investigación policial se desprende que desde el 2009 ya lo habían intentado asesinar, desde ahí hasta su muerte sufrió al menos cinco atentados.
Los acusados de ordenar en múltiples ocasiones este homicidio son dos de sus hermanos de apellidos Jiménez Berrocal, uno conocido como Luigi y otro al que le dicen Canica; solo el primero enfrenta el juicio por este cruel homicidio; esto porque Canica fue declarado con incapacidad sobreviniente (por un trastorno mental que le impide entender los actos).
Francisco Campos, abogado de la familia, señaló que el hermano que no está, pidió ser valorado por Sicología Forense y determinaron que no podía aportar su defensa material, es decir, tenía problemas de memoria.
“No está excluido totalmente, se hizo un Testimonio de Piezas (ordena la remisión de algunas partes del expediente) se le asignó otro número de expediente y deberá ser valorado para ver si puede enfrentar el debate”, manifestó Campos.
El abogado además señaló que esta situación es muy inusual en Costa Rica, se refiere a problemas que terminan en atentados, amenazas y el homicidio dentro de una familia.
“Si se escucha de sicariato los ligan a temas de drogas y otro tipo de delincuencia, en este caso lo que arrojó la investigación es que, en apariencia, dos de los hermanos fueron los atacantes”, manifestó el abogado de la familia.
Raíz del problema
La historia de esta familia pareciera ser de un guion de una aterradora película, pero no, es real y su origen ocurrió en Florencia de San Carlos, de donde son oriundos los Jiménez Berrocal.
De acuerdo con la investigación que actualmente está en juicio, todo inició en 1995 cuando Macho Jiménez y su hermano Canica crearon un consorcio empresarial en el que adquirieron muchos bienes.
Al tiempo se les unió el papá de los hermanos, Daniel Jiménez Meléndez, y otro hermano, Luigi (único acusado).
Los años transcurrieron y los problemas se comenzaron a generar, esto llevó a que en el 2000 se separaran y cada uno siguiera con sus negocios.
No obstante, hubo procesos penales y agrarios de por medio que generaron más tensión en la familia.
Al punto que el papá de Macho Jiménez se enojó con él por años, así como los hermanos, esto porque de acuerdo con el Ministerio Público la víctima tenía mejor posición económica que ellos.
Atentados
Según la acusación del Ministerio Público, en junio del 2009, Macho Jiménez habría recibido una llamada de un sujeto de apellido Zamora , quien junto a Luigi, enfrentaban una causa penal por el delito de estafa contra la empresa Comasa, propiedad de Macho Jiménez. Supuestamente Zamora le dijo que querían conciliar.
No obstante, se trató de una trampa, pues de acuerdo con la acusación, Zamora y Luigi contrataron a unos sujetos para que mataran a Macho.
El ataque no ocurrió porque el abogado de la víctima los enfrentó.
La investigación señala que en ese mismo año, en noviembre, Luigi contrató a un panameño de apellido Sandoval para que matarán a Macho, pero el extranjero se habría negado, porque reconoció a la posible víctima como su exjefe y por lealtad, decidió no participar de ese macabro plan.
Según la acusación, el tercer plan ocurrió a mediados del 2011, cuando se le metieron a la casa de Macho Jiménez y golpearon a los empleados.
El cuarto plan para matar a Macho Jiménez fue contratar a un peón nicaragüense a quien le ofrecieron ¢12 millones, al final este hombre se negó.
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El quinto plan, según la Fiscalía, fue el que terminó acabando con la vida de Macho Jiménez, él pretendía salir del país por seguridad, pero no le dio tiempo.