Tres perros del OIJ se pensionaron la mañana de este viernes después de bretear en la Unidad Canina detectando drogas y armas.
Son dos golden retriever, uno se llama Fergus, de nueve años, y el otro Tango, de cinco años. El tercer oficial es una labrador retriever de nombre Laska. A los amigos les hicieron por primera vez un acto para despedirlos con todos los honores, en el Complejo de Ciencias Forenses, en San Joaquín de Flores, Heredia.
El jefe de la Unidad Canina, Alejandro Castillo, estaba feliz, pero a la vez triste, porque durante mucho tiempo los tres peluditos fueron parte de una gran familia y dieron todo por luchar contra la delincuencia.
Tango detectaba droga y lo adoptó una familia con un niño que tiene el síndrome de Asperger (una especie de autismo).
Doña Idannia Arteaga, nueva mamá de Tango, aseguró que estaba buscando un golden retriever para que ayude al hijo, que tiene mucha energía. El médico les había dado la recomendación.
"Cuando vimos que estaba la oportunidad mandamos la carta y por dicha nos eligieron. Mi hijo está enamorado del perro y ha deseado que este día llegara pronto para estar con Tango. Nos sentimos felices”, expresó Idannia.
Arteaga trabaja como defensora de asistencia social en el Poder Judicial. Su pequeño José David, de ocho años, no se quiso despegar del perrito durante el acto de despedida.
"Él es hiperactivo y este tipo de animales lo llegan a calmar por el calor que tienen. Vamos a darle mucho amor, es una responsabilidad muy bonita y estamos agradecidos", comentó la funcionaria.
Tango es el más joven de los perros pensionados. A él le cayó un mueble a la par durante un operativo y no quiso trabajar más. Sus compañeros creen que retrocedió a algo que sufrió cuando era un cachorrito.
Otro de los perros que colgó el collar fue Laska. Es una labrador retriever experta en detectar drogas. Ella se va a vivir con su guía Cristian Corrales.
“Fuimos muchos años compañeros, compartimos mucho amor y cariño y ahora me la voy a llevar para que sea mi compañía. Yo no tengo pareja, entonces ella va a ser la reina de la casa. Es una perra muy cariñosa y siempre me ha cuidado mucho”, manifestó Corrales.
Mientras que a Fergus, experto en buscar armas y de nueve años, lo adoptó la jueza Silvia Fernández y su familia.
"Tenemos tres gatas y un zaguatico, pero queríamos otro perrito y se dio la oportunidad. Estamos enamorados de él”, dijo la funcionaria, quien vive con su esposo e hija.
Doña Silvia nos contó que hace un mes se les murió un perro cachorro de la misma raza y a los cuatro días recibieron la noticia de que los eligieron para cuidar de Fergus.
"Nosotros somos una familia que ama los animales. Todos están ansiosos por conocerlo", expresó la jueza.
A los perros los adoptaron empleados del Poder Judicial con el fin de evitar que terminen siendo maltratados, esto después de una modificación a la ley interna, pues en una ocasión un perro fue tirado a la calle por el albergue donde lo entregaron y los agentes de la Unidad Canina lo volvieron a rescatar.
Castillo aseguró que desde hace días pusieron a oler alimentos más hogareños a los perritos para que ahora que tendrán una nueva casa no busquen drogas y mucho menos armas.
Estos consentidos ahora pasarán pancita para arriba y les darán mucho cariño, incluso los dueños recibirán visitas de los agentes humanos para ver en qué estado están los perros con el fin de evitar cualquier negligencia.
La Unidad Canina va a todas partes del país, atiende 856 casos al año y cuenta con 16 peluditos. Además participa en visitas a hogares de ancianos entre semana, donde los viejitos les regalan cariño y ellos compañía.
Los tres perros se fueron felices con sus nuevos papás, pues están acostumbrados a que los chineen bastante cuando no están breteando.