Ocho mil kilos de comida y basura decomisaron los empleados de la Municipalidad de San José en la bodega en la que había ratas y aparentes huesos de perros congelados.
Marcelo Solano, director de la Policía Municipal de San José, afirmó que la limpieza la hicieron cuadrillas de la municipalidad, así como policías municipales que usaron el equipo de protección contra el covid-19 y luego de sacar todas las cajas, enviaron a los trabajadores a las casas para que se bañaran debido a que los fuertes olores se les quedaron impregnados.
“El Ministerio de Salud ordenó la clausura de la bodega en la que había gran cantidad de alimentos, algunos en congelación y refrigeración, así como en cajas, Salud también le ordenó a la municipalidad destruir todo esto.
“Había diferentes tipos de carnes, mariscos, pollo y roedores en una misma canasta, en varios sacos había aletas de tiburón, también carnes congeladas de las que no se tiene certeza de qué tipo de especie corresponde”, dijo Solano.
Las autoridades descubrieron esta bodega cerca de la Clínica Bíblica, en avenida 14, calles 5 y 7, luego de recibir una alerta por robo y cuando llegaron el supuesto ladrón informó sobre los animales congelados, esto sucedió el miércoles 19 de mayo y este viernes en la mañana ya habían terminado la limpieza.
También encontraron cajas con salsas, condimentos y pastas sin registro sanitario.
Toda esta comida fue destruida en el relleno sanitario de La Carpio, en La Uruca, fueron necesarios tres viajes con camiones recolectores para sacar toda la basura.
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El dueño de esta bodega es un oriental, de momento no lo han asociado como distribuidor de alguna cadena de restaurantes o supermercados.
“El oriental a través de terceras personas, dijo que eran productos para consumo familiar, pero pareciera no ser creíble que ocho toneladas de alimento sean de consumo para un hogar, además las normas alimentarias establecen que para esas cantidades es necesario un permiso sanitario, porque al final de cuentas se deben cumplir las normas de la legislación costarricense”, dijo Solano.
El Servicio Nacional de Salud Animal (Senasa) tomó muestras de las carnes para tratar de determinar qué tipo de carnes son las que no pudieron identificar a simple vista.
El dueño de la bodega la puede volver a usar, pero debe cumplir las reglas de salubridad.
Comercios afectados
Algunos comercios de comidas orientales han afirmado que han tenido bajas en sus ventas, a raíz de este decomiso.
La doctora Alejandra Irola, representante del Colegio de Profesionales en Nutrición, destacó que la población no debe entrar en pánico y generalizar que todos los comercios son iguales.
“Hacemos un llamado a la población a no satanizar los establecimientos de este tipo de comidas, porque este es un evento aislado, no todas las personas que hacen comida oriental o china tienen esos malos manejos”, dijo Irola.
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Sin embargo, la nutricionista dijo que esto no significa que las personas deban comer en cualquier lugar sin preocuparse sobre qué cosas pueden haber en las cocinas o en las bodegas.
“Los invitamos a cuidarse y a seleccionar muy bien los lugares donde van a ingerir alimentos, que cuenten con todos los permisos de salud y sean de procedencia adecuada.
“Sobre todo que no busquen promociones, cuando ustedes vean un producto o un platillo muy accesible o barato, verifiquen el por qué”, destacó.