Los vecinos de la comunidad de La Valencia, en San Rafael Abajo de Desamparados, están con el alma destrozada por la muerte de una vecina víctima de un atropello.
En el salón comunal Fuentes Martínez la mañana de este viernes corrían de un lado a otro para preparar todo para despedirla de doña Reneé Alfaro González, de 73 años, a quien le decían de cariño Nene.
Su nieta Keilyn Cubero Alfaro nos contó que han pasado días muy difíciles porque su abuelita estuvo muy grave en el hospital San Juan de Dios durante 79 días.
Cubero nos contó que el 30 de abril doña Reneé volvía de cobrar su pensión cuando fue atropellada por un bus, en las cercanías de la Farmacia Value, en San Rafael Abajo.
“Yo iba para el trabajo y mi abuelita se fue conmigo porque iba para el banco, cuando ella regresaba a agarrar el bus, lo que nos dicen es que mi abuela puso el pie y el bus arrancó y le atropelló a mi abuela la pierna. Cuando la gente empezó a gritar porque la atropelló, el bus echó para adelante y luego para atrás y le atropelló la pierna tres veces”, asegura la nieta.
La joven trabaja en un quiosco muy cerca del lugar del accidente y como doña Reneé era tan conocida, corrieron a llamarla para avisarle.
“Cuando llegué yo quedé en shock de verle la pierna a mi abuelita, la tenía despedazada, nos fuimos al hospital en la ambulancia; por la edad de mi abuela hicieron todo lo posible por salvarle la pierna, hace 22 días le entró una bacteria y amputaron la pierna derecha, a mi abuela le colapsó un pulmón y ya no se podía hacer nada, solo estábamos esperando la decisión de Dios”, lamenta.
“Ella tenía muchas ganas de vivir, pasamos muchas noches en el hospital, ella quería poder salir adelante de lo que ocurrió, yo sinceramente todavía no se la he podido entregar a Dios, desde que la amputaron ella estuvo inconsciente, trataba de abrir los ojos y como tenía una bacteria, día a día solo podíamos verla por una ventana”.
La nieta asegura que su abuela era un mujer que, pese a su edad, siempre vivía llena de alegría y pasaba muy activa.
“Ella se levantaba a las tres de la mañana y se ponía a hacer de todo, le encantaba bañar a los periquitos que tenía y además lo que más le gustaba era servir en la comunidad, en todo lo que había y ella podía ir y participar y colaborar, ella era la primera que estaba ahí siempre lista, si lo veían a uno amargado o algo, le decía: ‘quite esa cara, póngase feliz’, la gente la quería muchísimo”, recuerda.
Lizandro Porras, líder de la comunidad, nos contó que están demasiado tristes por la tragedia que toda la comunidad está viviendo.
“Ella era una de las adultas mayores de la comunidad que siempre estaba activa con el grupo de la comunidad, que siempre nos apoyaba y nos ayudaba, lo que ocurrió nos ha dolido demasiado, ella siempre estaba en el salón comunal, era la que le daba vida y alegría a este lugar, siempre ayudando cuando había fiestas, emergencias, las dos veces que vienen las Obras del Espíritu Santo a dar comida, o en cualquier reunión o momento que se le necesitara, ella voló pala para construir el salón comunal entre 1982 y 1983″, comenta Porras.
El líder asegura que durante muchas semanas la comunidad ha estado al pendiente de la salud de doña Reneé, por lo que las últimas horas han sido muy duras.
“Yo le decía Nene, mi bebé y la chineaba porque, como le digo, era de las señoras mayores y nosotros aquí las cuidamos mucho, yo hablaba por mensajes y llamadas con ella ahora que estaba en el hospital, y la estábamos esperando, pero Dios tenía otros planes, ella me decía: ‘¿qué voy a hacer si usted se nos muere?’; y vea, se me fue ella, me veía y me traía unas tortillas deliciosas que hacía con mantequilla encima, eso sí, Dios guarde no llevarle el plato de vuelta, era chineadora con todos, de verdad”, dice Porras.
Doña Yorleny Segura, otra de las vecinas de la comunidad, contó que para Nene estar en el salón comunal era una gran alegría, por eso ahora la van a despedir ahí.
“El salón comunal casi siempre está abierto, pero a veces que salíamos largo (para hacer obras sociales) y cerrábamos ella se ponía muy triste y nos llamaba o escribía que volviéramos, ya que no nos quedamos, y ya cuando volvíamos se ponía demasiado contenta, era una persona única y muy especial, vivía al frente del salón comunal”.
A doña Reneé la van a despedir con mucha alegría, su cuerpo fue llevado a la Medicatura Forense porque el accidente está en investigación, la familia está a la espera de que se lo entreguen este viernes y apenas se los den lo llevarán al salón comunal Fuentes Martínez donde ella vivía momento muy felices, además, la Banda Comunal de San Rafael Abajo tocará un ratito, pues a ella le encantaba que los talentosos jóvenes le tocaran en sus cumpleaños y también le llevarán mariachis.
Sin embargo, la hora de la vela y el funeral dependen de la hora de entrega del cuerpo.
La familia interpuso la denuncia ante las autoridades judiciales por el accidente.