Vencer el miedo y retomar su trabajo como taxista luego de recibir un plomazo en la cabeza es uno de los logros más grandes en la vida de don Giovanny Gómez Ramírez, quien asegura que esto lo consiguió gracias a la ayuda de Dios.
Casi 6 años han pasado desde la madrugada de aquel domingo 21 de abril del 2013, día en que Gómez fue atacado en la León XIII de Tibás por un maleante que quiso asaltarlo. Pese al paso del tiempo, el taxista de 46 años aún recuerda ese hecho como si hubiera sido ayer.
“Yo le había hecho un servicio a un muchacho hasta la plaza que hay ahí, recuerdo que de la nada salió un sujeto que metió un revolver por la ventana del carro e intentó abrirme la puerta. Lo que hice fue poner marcha y acelerar, pero siempre disparó y me pegó por el lado izquierdo de la cabeza”, contó.
Geovanny recordó que a como pudo logró manejar 150 metros hasta llegar a la delegación de la Fuerza Pública, donde fue ayudado por unos oficiales. Finalmente fue llevado de emergencia al hospital México.
“Yo duré ahí (en el hospital) dos días y medio, me revisaron y me llevaron a operar para sacarme lo que quedaba de la bala. Una doctora me dijo que yo estaba vivo de milagro porque la bala estuvo a pelitos de entrarme en el cerebro”, detalló.
Difícil prueba
Gómez dijo que lo más duro vino después de salir del hospital pues pasó 6 meses sin poder bretear, ya que por el tratamiento que llevaba sufría de muchos mareos y dolores de cabeza. Afortunadamente varios de sus compañeros se solidarizaron para ayudarlo a él y a su familia con víveres y platita.
El pulseador contó que subirse de nuevo a un taxi fue una de las decisiones más difíciles de su vida, pues al inicio sentía mucho miedo por lo que le había pasado; sin embargo, sabía que esta era la única forma de llevar sustento a su hogar.
“Era tanta la complicación que cada vez que pasaba cerca de ahí (donde ocurrió el ataque) se me salían las lágrimas. Lloré la primera vez que me subí al taxi, porque era verme de nuevo en eso, fue recordar todo lo que había pasado, pero eso ya lo he ido superando”, añadió.
Para ir venciendo el miedo, don Giovanny empezó a trabajar solo de día, pero hace poco volvió a sacar su taxi de noche, más por necesidad que por gusto, pero dijo que espera volver al horario diurno lo antes posible.
Afortunadamente el ataque no le dejó ninguna secuela de gravedad, pero aseguró que cuando hace mucho frío o calor le dan mareos y dolores de cabeza, pero también ha aprendido a vivir con eso.
Gómez finalizó diciendo que esta prueba tan difícil no la superó él solo, pues además de contar con la ayuda de su familia y sus amigos, siempre tuvo el respaldo de Dios, que le dio las fuerzas necesarias para vencer al miedo.