El Tribunal Penal de Sarapiquí sentó este jueves 18 de agosto en el banquillo de los acusados a un hombre sospechosos de ser un violador en serie.
El hombre de apellidos Castro Núñez escuchó la acusación del fiscal Francisco Bellido, quien lo señaló como sospechoso de ocho violaciones, cinco asaltos, cinco robos simples, y cinco violaciones de domicilio.
Castro llenó de pánico a los vecinos de Sarapiquí ya que lo señalaban de entrar a robar a las casas y violar a las mujeres, el fiscal también lo acusó de una violación contra un hombre. Además, su captura se volvió una cacería policial ya que se prolongó por 19 días.
Los casos que se le imputan ocurrieron entre julio del 2020 y enero del 2021.
El fiscal aseguró que uno de los casos fue contra una mujer de apellido Bustos, él entró a la vivienda mientras ella dormía.
“La golpeó en la cabeza con un objeto, la dejó aturdida, le tapó la cara con una cobija y la colocó boca abajo, con una mano le tapó la boca y le dijo: ‘no grité, somos de la mafia del Diablo”, dijo el fiscal en la lectura de la acusación.
Bellido aseguró que Castro, de 30 años, les dijo a dos de las víctimas que él era parte de la banda del Diablo, para infundir temor. Diablo es el apodo de Alejandro Arias Monge, quien es prófugo de la justicia.
Diablo es buscado por el OIJ desde marzo del 2019, como sospechoso de participar en un intento de homicidio y darse a la fuga. Además, por ofrecer plata a cambio de la vida de oficiales de la Fuerza Pública y del OIJ.
Aparentemente, este sujeto mandó audios en los que ofrecía 2,5 millones de colones por cada policía del Ministerio de Seguridad Pública asesinado y más de 5 millones de colones por cada agente judicial que mataran.
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Diablo es sospechoso de delitos como homicidios y tentativas de homicidio, robo de ganado en grandes cantidades y, al parecer, utiliza un alto grado de violencia al momento de actuar.
Castro aparentemente le robó a la mujer de apellido Bustos solo ¢35 mil y un rosario. A otras de las víctimas además de despojarlas de dinero, les quitó sus celulares y hasta motocicletas.
Castro fue un dolor de cabeza para el OIJ de Sarapiquí, ya que fue detenido el 1 de marzo y llevado a las celdas de esa delegación, sin embargo, seis días después dijo que necesitaba ir al baño y cuando lo llevaron aprovechó para escaparse.
El sospechoso estuvo en fuga durante 19 días. A él lo detuvieron, por segunda vez, la noche del viernes 26 de marzo del 2021, en una casa ubicada en Cubujuquí de Sarapiquí.
El juicio continuará el próximo martes.