Como si conociera Sarapiquí como la palma de su mano, así se mueve durante las madrugas en la zona el prófugo de apellidos Castro Núñez, de 29 años, y sospechoso de siete violaciones.
Aunque el hombre es de Horquetas, camina, según los lugareños, por todo lado como si anduviera con un mapa de todos los rincones sarapiqueños.
La madrugada de este jueves 11 de marzo, Castro se apareció en una casa en La Flaminia de Horquetas de Sarapiquí, a 25 kilómetros de donde lo vieron la madrugada del miércoles.
El dueño de un finca, don Luis Quirós, aseguró que su perrita a las 4 de la mañana empezó a ladrar para avisar que había alguien afuera de la vivienda, él le pidió a su familia que hicieran silencio y por la ventana del baño se percataron que el sospechoso estaba sentado a la par de un árbol afuera de la propiedad.
Andaba con una camisa negra, la misma con la que lo vieron otros vecinos y que fue la que se llevó de una de la casa en la que se enfrentó a uno de los lugareños a machetazos.
Según contó Quirós, el sospechoso se llevó un machete de su vivienda y dejó uno que andaba sin filo, aunque el que se llevó tampoco está muy afilado, además estuvo sentado en un saco con ropa y no saben si se llevó algo.
En esa casa el hombre abrió las bolsas de basura para encontrar algo de comer.
Don Luis no fue a bretear este jueves porque le dio temor dejar a su familia sola. Él dio aviso rápido a la Policía y llegaron con los perros oficiales, pero tampoco lo localizaron.
Castro anda desesperado por ropa, comida, dinero y celulares.
El OIJ informó que los agentes y la Fuerza Pública se mantienen en la zona las 24 horas para tratar de dar con el sospechoso que se fugó el lunes 7 de marzo de la celdas del OIJ de Sarapiquí.
Castro es investigado por supuestas agresiones que ocurrieron el lunes 27 de julio de 2020; el martes 1 de diciembre de 2020; el miércoles 9 de diciembre de 2020; el sábado 2 de enero de 2021; el jueves 21 de enero de 2021 y dos violaciones el sábado 23 de enero de este año.
Según el OIJ, el sospechoso entraba a casas en las que las puertas y ventanas estuvieran abiertas y atacaba sexualmente a mujeres.
Al parecer, se quedaba en las casas durante horas, hacía lo que quisiera y cuando se iba se llevaba varias pertenencias.