"Una vez que le dio muerte, como en una especie de ritual, procedió a tomar sangre de la víctima".
Con esas palabras describió la fiscal Karen Mora Umaña la forma en la que actuó un hombre acusado de matar a una familia en Santa María de Dota.
Las víctimas fueron Ramón Suárez Espinoza, de 50 años; su esposa María Haydée Miranda Salmerón, de 32, y los hijos de ambos: Abraham (11 años) y Elena María Suárez Miranda (9). Ellos eran nicaragüenses y tenían unos 10 años de vivir en Dota, fueron asesinados el 29 de mayo del 2015.
El sospechoso de matarlos es otro nicaragüense identificado por las autoridades ticas como Jairo Díaz Aragón; sin embargo el hombre dice llamarse Delvis José Sevilla Bonilla.
Este hombre enfrenta desde el miércoles en la mañana un juicio en la sala I de los Tribunales de Cartago por este hecho que conmocionó al país. En la acusación el Ministerio Público mencionó otros violentos crímenes que cometió el hombre en Nicaragua y en Pérez Zeledón.
Papá presenció crimen de hija y esposa
La acusación que leyó el Ministerio Público en comparación con el testimonio que dio Juanita Ponce, del OIJ, tiene algunas desigualdades. La Fiscalía señala que el acusado cometió los crímenes en conjunto con otros dos hombres y en presencia de la entonces compañera sentimental, identificada como de apellidos Muñoz Picado.
No obstante, Ponce descartó la participación de otras personas en el hecho y aseguró que el nicaragüense actuó solo y le contó detalles de lo ocurrido a Muñoz Picado.
La Fiscalía y el OIJ coinciden es que Ramón Suárez fue el último en morir y que vio el crimen de su hija y de su esposa y que suplicó para que no violaran ni le hicieran más daño a su hija, pero el acusado lo ignoró.
El acusado también violó y mató a Haydée Miranda en presencia de su esposo. Luego Ramón fue asesinado a machetazos en la cabeza.
Ponce aseguró que la excompañera de Ramón sabía detalles debido a que el hombre, para asustarla, le contaba lo que había hecho.
Ponce describió lo que la mujer había dicho que hizo el sospechoso. "Llegó en horas de la noche, estaba lleno de sangre y muy sucio, le dijo que ahorita salía en las noticias la muerte de una familia".
"Dijo que al chiquito lo mataron por que trató de escapar, algo curioso es que ella indica eso y efectivamente el niño quedó en posición cerca de la calle, son detalles que solo una persona que haya estado en el sitio conocía", expresó Ponce.
La testigo también recordó que la expareja del acusado fantaseaba con niñas. Le encantaban las menores entre los 9 y 11 años.
Incluso en una ocasión le habían encontrado ropa íntima de una menor. Las autoridades no han determinado las razones por las que el sospechoso mató a esta familia, pero les llama la atención que a la primera que atacó fue a la hija de la familia.