El celular del universitario Marco Calzada Valverde fue utilizado para pagar un servicio de taxi desde San Pedro de Montes de Oca, San José, hasta Guadalupe de Cartago el cual salió en ¢14 mil.
Así lo confirmó Esteban Ureña, el taxista que realizó el servicio a uno de los sospechosos por el homicidio de Marco.
Ureña es el quinto testigo que se recibe en la continuación del juicio por este homicidio que conmocionó a todo el país desde el domingo 2 de julio del 2022, cuando ocurrió el ataque.
Ureña mencionó que en San Pedro de Montes de Oca vio a un muchacho, quien le solicitó que lo llevara a Guadalupe de Cartago.
“Lo llevé y en el trayecto conversamos algo. Lo llevé sin ninguna malicia”, expresó el testigo.
Aseguró que el viaje lo comenzaron a hacer cerca de la medianoche de un sábado para amanecer domingo.
Recorrieron la calle principal del mall San Pedro, luego La Galera, San Diego, el peaje, Taras, Paseo Metrópoli y llegaron a Guadalupe de Cartago; durante el camino el taxista notó que su cliente estaba ansioso porque solo movía las manos en las que llevaba el celular.
El viaje tardó entre 15 y 20 minutos.
“Tenía una espinita, porque se veía muy ansioso... Llevaba el teléfono en la mano y lo iba moviendo mucho”, manifestó Ureña.
Esta situación le generó desconfianza.
“Siempre le veo las manos a los clientes sobre todo si van solos, por mi seguridad”, dijo el testigo.
Cuando llegaron al destino un niño salió de la casa y el cliente le preguntó por una mujer, pero le dijeron que no estaba, En ese momento le dijo que le pagaría con el celular.
“Estando en la casa me dijo que no estaba la mamá que era la que iba a pagar el servicio y me entregó el celular como pago”, recordó el taxista, quien agregó que el sujeto le dijo que luego lo llamaba para coordinar el pago.
Agregó que aunque parezca inusual, en ocasiones los clientes no tienen dinero para pagar, Ureña agarró el celular y lo puso en un compartimiento del taxi y no lo sacó más.
El domingo en la mañana se percató que el celular estaba sonando, lo contestó y fue cuando una agente del OIJ le dijo que el dueño del celular estaba desaparecido.
“Inocentemente le dije que no estaba desaparecido que lo había dejado en la casa”, señaló el taxista.
No obstante, Ureña no sabía que el dueño del celular era Marco Calzada, ni mucho menos que lo habían matado minutos antes; el taxista fue citado al OIJ, donde tuvo que declarar.
“Me enseñó (la agente judicial) una foto de Marco y le dije que no, que no era el que me había dado el teléfono”, recordó el testigo.
Al testigo le pidieron las carácterísticas de la persona que le pagó el servicio, lo describió como delgado, alto, pelo con corte marcado, tez blanca, andaba con mezclilla y un sueter.