Un soñado viaje a México se convirtió en la despedida de Mariam Vargas Núñez, de 26 años, de su mamá y su pequeño hijo, Breydick, de 4 añitos.
Esto debido a que dos días después de haber disfrutado de ese maravilloso viaje en familia, Mariam falleció de forma trágica a manos de unos desalmados gatilleros que la atacaron a balazos.
“Jamás pensamos que algo así iba a pasar, ella disfrutó montones cada foto, cada cosa que hacía, porque me decía, ‘Mami, estos son los recuerdos que me van a quedar a mí’, pero más bien era ella la que nos estaba dejando esos recuerdos”, contó a La Teja doña Lorena Núñez, mamá de Mariam.
“Ella amaba demasiado a su hijo, él era sus ojos”.
— Lorena Núñez, mamá de Mariam.
El crimen que tiene a esta familia con el corazón hecho pedazos ocurrió la noche del pasado sábado 18 de noviembre en la comunidad de Palermo, en Cariari de Pococí, en Limón. Ese día Mariam estaba junto a sus papás preparando unos chicharrones.
“Informes preliminares indican que los hechos se dieron cuando en determinado momento al lugar llegaron dos sujetos y le dispararon en varias ocasiones a Vargas, para luego darse a la fuga”, informó el Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
En cuanto a los sospechosos, al parecer, estos salieron de un lote baldío cercano a la propiedad de los papás de Vargas. Tras ejecutar el crimen lograron darse a la fuga de la misma manera.
Dedicada a su hijo
Doña Lorena contó a La Teja que su hija estaba estudiando la carrera de Enfermería, pero tuvo que dejar de lados sus estudios luego de que se enteró que su hijo padecía una enfermedad muy severa. Ella dedicó todo su tiempo a cuidar y atender al pequeño Breydick.
“Mi bebé es un niño con una condición especial, entonces él tiene que recibir mucho apoyo con las comidas y porque está en un proceso de quimioterapia, le detectaron un tumor maligno en el coxis, por eso nosotros estamos en un proceso porque de este lunes en ocho tengo que entrar en internamiento con él para que me lo vuelvan a operar”.
Núñez contó que a su nietito le hicieron una primera operación de casi 12 horas, pero recientemente les comunicaron que debían intervenirlo de nuevo, por eso ella y su hija se estaban preparando para hacerle frente de nuevo a esta difícil situación.
“Ella con una platita que le dieron de la pensión del bebé (el papá murió poco después de su nacimiento) se hizo un departamentito a la par de mi casa y lo tuvo que alquilar porque ya no podíamos con tanto gasto.
“Con el alquiler, con la ayudita que le daban del Imas y con la pensión de bebé íbamos y pagamos comida y le echábamos gasolina al carro; nos hacíamos un pinto con huevo y ahí íbamos (al hospital) comiendo de camino”, contó la señora.
Viaje para el recuerdo
Núñez contó que uno de los médicos les dijo que la nueva operación de Breydick era muy compleja, situación que tenía muy preocupada a Mariam. A raíz de eso fue que nació la idea de que realizarán un viaje como familia, uno que quedara para siempre en sus memorias.
“Ella me dijo, ‘Mami, yo quiero hacer un paseo bonito, para que si Dios se lleva a bebé me quede de recuerdo’, por eso yo saqué un préstamo con base a la propiedad y pagué un paseo a México porque nunca nos habíamos montado a un avión. Disfrutamos mucho, porque según ella era la despedida de bebé, porque el doctor nos dijo que la operación era muy difícil, pero al final terminó siendo una despedida para ella”, dijo Núñez.
Doña Lorena explicó que su nieto es muy pequeño y por su condición aún no se expresa muy bien con palabras; sin embargo, en sus acciones ella nota la falta que le hace su mamá.
“Él da vueltas y entra al cuarto de ella, ve su ropa y sus fotos, me imagino que hasta el perfume de ella lo reconoce, yo no he quitado nada para que él también tenga su momento”, mencionó.
Abuelitos se hacen cargo
Tras la trágica muerte de su hija, doña Lorena y su esposo asumieron el cuidado de Breydick, por lo que necesitan de mucha ayuda para sacarlo adelante, más tomando en cuenta que pronto se programaría su nueva operación.
“Nosotros tenemos que viajar (al Hospital Nacional de Niños) porque vivimos aquí en Cariari, cuando hay internamiento allá nos brindan un albergue para, por lo menos, descansar y bañarnos”.
Núñez dijo que hasta el momento no sabe por qué esas personas le arrebataron a su hija, pues hasta donde sabe ella no tenía problemas con nadie. La señora dijo que en lugar de buscar razones ella deja todo en manos de Dios y de las autoridades.
“Aquí le tenemos un altarcito en la casa para que ella me esté viendo para todo lado a donde yo voy. Esto ha sido como una pesadilla porque es algo como de lo que quisiera despertar”.