Desde de muy joven Leonardo Quirós Vargas no puede ver fotos ni películas con escenas sangrientas pues le resultan muy chocantes, sin embargo, Quirós es Paramédico, así como lo lee, y lo mejor es que a la hora de atender un caso complicado no se arruga.
“Las películas con escenas fuertes no las puedo ver, no tolero las imágenes de accidentes que andan de celular en celular, no puedo. Una cosa es atender casos así pero otra cosa es ver esas imágenes, desde hace mucho tiempo soy así”, contó.
Quirós recordó esta curiosa situación a raíz del Día Internacional del Paramédico, que precisamente se celebra este lunes 17 de junio.
El paramédico contó que pese a ese “temor” que le tiene a esas imágenes, ya tiene una larga trayectoria como rescatista, pues en el 2003 dio sus primeros pasos en el comité metropolitano de Cruz Roja y desde hace cuatro años labora para la empresa Emergencias Médicas.
Video tuvo la culpa
Leonardo, de 37 años, dijo que en apariencia esta situación con las imágenes chocantes inició cuando él estaba en el cole y en ese momento estaba de moda un escalofriante video.
“En los noventa había un video en VHS que se llama ‘Trauma’, entonces la moda era hablar de ese video. Uno lo alquilaba y lo que traía eran videos de accidentes de tránsito e imágenes fuertes y yo creo que eso me traumó, porque después de eso no puedo ver ni imágenes ni videos”, añadió.
Pero lo más curioso de todo es que a la hora de atender un caso en donde hay escenas de este tipo, Quirós las atiende como todo un profesional, pues asegura que la preocupación por ayudar a la persona que lo necesita está por encima de todo.
“Yo trabajo en esto sin problema, incluso hace algunas semanas un señor se prensó la mano en una máquina de moler, sufrió una amputación desde el brazo pero no tuve ningún problema en ayudarlo, pero no sé por qué pasa eso con las imágenes y videos”, insistió.
Desde chiquillo
Quirós dijo que la pasión que siente por socorrer a la gente la trae desde que era un chiquillo, pues aún recuerda como agarraba el camarote en el que dormía para convertirlo en una ambulancia, a la cual le ponía la rotulación de las luces y botones con cinta y marcadores.
El paramédico dijo que pese al montón de años que han pasado, ese sentimiento sigue intacto, eso es lo que le permite cumplir con largas jornadas de 12 horas, en las cuales a veces no tiene chance de sentarse a comer debido a las carreras diarias.
Tiempo en familia
En su trabajo uno de los mayores sacrificios es el tiempo que pasa con su esposa y su hija de 3 añitos, así como con sus otros tres hijos de 8, 13 y 16 años de una relación pasada.
“Nosotros tenemos un horario y un equipo de trabajo definido, entonces ya sabemos cuando nos toca trabajar 25 o 31 de diciembre, Día del Padre o cumpleaños, entonces a veces hay que sacrificar esos días por más que uno no quiera”.
Sin embargo, la familia ha aprendido a ingeniárselas para estar junta aunque sea un rato, como en este Día del Padre, que lo celebraron con un gran desayuno antes de que Quirós se fuera a trabajar.
Pese a lo intenso y sacrificado que resulta su trabajo Leonardo no lo cambiaría por nada, pues la satisfacción y la felicidad de ayudar a los demás no la encontraría en otro sitio o actividad.